19 de septiembre de 2007

Tenía tanta hambre que se devoró a sí mismo. Por desgracia, esto le provocó una severa indigestión y acabó devolviéndose.

5 comentarios:

  1. Pues seguro que hay una flor de Bach para la indigestion! ;o)

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  2. Anónimo9:21 p. m.

    Acido, pero genial, Rosa.
    Fígaro

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  3. Fígaro, no sé si es buena esta exploración de mi lado más irónico... no sé si es buena para los demás, porque lo que es yo me estoy quedando de a gusto... ;)

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  4. Anónimo7:04 p. m.

    Ingenioso e incisivo .A veces con pocas palabras obtenemo grandes resultados

    Esperanza

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  5. Anónimo12:58 p. m.

    Admirada Sra.Fraguel;
    La autofagocitación es un inequívoco síntoma de narcisismo. Esto es así, dado que el ser humano tiende a comer aquello que encuentra especialmente apetitoso. Excepto en el caso de tener hambre, en el que devora a sus semejantes con un afán meramente nutritivo. Casi una fría adición de calorías.

    ¿Se comería usted a sí misma, Sra.Fraguel?. Es una pregunta que me hago sin esperar que me responda. Pero si yo fuese usted, y fuese mi pecado el narcisismo, sin duda me daría unos bocaditos.

    Su rendido admirador.

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