Lleva horas durmiendo en su cunita como un ángel. Cuando la incorpora abre sus preciosos ojos azules. Desenreda la melena rubia con tirones que inclinan la cabecita a un lado y otro. La sienta en la trona y le da la papilla -pobre, ni se queja a pesar de que está demasiado caliente-. Los ojos, fijos, amenazan sueño: en cuanto la tumbe se cerrarán obedientes. La deja un momento en el suelo mientras recompone las sábanas y suena un rebelde restañar de engranajes en el paso a paso hacia la puerta. La levanta de los pelos y la deja en la cuna. Y, sí, obediente, cierra los ojos.
Micro participante en el concurso Relatos En Cadena que marcaba la frase de inicio
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2 comentarios:
Buena apuesta para el REC, Rosita.
La elisión en cuanto al bebé lleva al lector a una relectura en la que disfruta el doble.
Un saludo.
Muchas gracias Pedro. Tenía mis dudas sobre si funcionaba el juego. Me alegra que hayas sido lector cómplice :)
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