14 de noviembre de 2013
Pecado ordinario
Y dijo Dios: con el sudor de tu rostro escalarás los peldaños empinados, saldrás de los baches del camino, sobrevivirás desgastado a las montañas de hielo y cruzarás tus fronteras de hijo de la tierra. Lucharás por ser ala y soñarás el aire. Y justo antes de volver a ser el polvo que fuiste, elevarás tus ojos a mí y yo te concederé el entendimiento que te prohibí morder. Sólo entonces sabrás que nunca saliste de tu cueva de techos inclinados.
Fotografía de Javier Prieto
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2 comentarios:
Me gusto la idea de que al final la iluminación te haya sido revelada....y que entonces te dieras cuenta de que siempre había estado contigo y tu propia ceguera había sido el camino por el que transitabas.
Gracias :)
La verdad es que no he sido muy original: lo de la caverna ya lo dijo uno hace un tiempo ;)
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