18 de diciembre de 2013
Aguja en un pajar
Te buscaba entre la fiesta, como una aguja afilada escondida tras la gente feliz. Al otro lado del puente, la ciudad amenazaba con su calma ceniza. El sol caía despacio arrancándome recuerdos en sudor y me secaba con un pañuelo que quizá me diste alguna vez. Los feriantes cerraban filas herméticas. Yo recorría el puente de lado a lado, sin terminar de decidirme, casi olvidando qué buscaba.
Fotografía de Javier Prieto
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3 comentarios:
A veces la aguja perdida en realidad somos, sin saberlo, nosotros mismos.
Un abrazo Rosa.
Muchas veces justo cuando uno deja de buscar... encuentra.
Miguel, Luisa, nunca sé bien qué responder a este tipo de comentarios. ¿Qué puedo decir? Que me gusta conocer vuestra reacción como lectores y que gracias por pasar por aquí :)
Miguel, la segunda persona era un truquito de mago, veo que has sido un lector cómplice y eso me encanta :)
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