19 de julio de 2007

Lejos de Veracruz


Estoy en unos días de esos en los que la vanidad de cualquier acto se me hace insoportable. Esta situación dura ya bastante (demasiado) y así, se va engrosando la lista de los gestos que me chirrían: uno de ellos es hacer reseñas de libros. Me encuentro por esto así: con unos cuantas lecturas disfrutadas y que me gustaría recomendar, pero no encuentro el modo.

El último, "Lejos de Veracruz" de Enrique Vila-Matas. Romper mi miedo a esta petulancia de las palabras (que ahora me parece engreimiento y después me parecera salvavidas) ya debería demostrar que este libro merece ser nombrado (y de nuevo es otra vanidad mía suponer que la ruptura de mis silencios puede significar algo).

Admiro a este caballero, con dos libros me ha ganado, por hábil, por sutil, por fresco, por inteligente, por vanguardista, por lector. Por escribir los libros que me gustaría haber escrito o tener siquiera la potencialidad de poderlos escribir. Un ejercicio de intelectualidad que le lleva a hacer literatura sobre la literatura, a escribir la autobiografía de sus heterónimos (no hay mejor mentira que la que tiene mayor parte de verdad, dice Javi).

Un malabarista de las letras es lo que es este señor. Un brillante ejecutor de historias, de esas que parecen surgir de la nada, armándose sobre cuatro anécdotas y que te acaban atrapando completamente (como unas vacaciones que no planeas y que luego resultan las más divertidas, sólo que aquí el autor planea por tí, sin que te des cuenta).

Y al final te engaña, te lo advierte él mismo y es cuando ya estás creyendo su mentira o sintiéndote un torpe lector que ha caído en una trampa. Y toda la historia se desmonta y se te escurre de las manos y te quedas con las cuatro anécdotas y cierras el libro. Y cuando las tapas guardan las hojas todo vuelve a tener entidad suficiente para arrebatarte una sonrisa cómplice y "qué bueno, ¿no?"

Lectura para amantes de la literatura (como ya dije en otra ocasión). Una verdadera delicia, un oasis en medio de la mediocridad (la del día a día, la que me hace ver vanidades por todas partes). Una lectura muy recomendada.

15 de julio de 2007

Minivacaciones peluchiles...


-Frijolita, ¿no crees que te estás pasando con ese agujero?
-Uff, estoy muy cansada, creo que no voy a encontrar pétroleo nunca
-Anda, ven a tumbarte en la toalla con el primo Pom

El resto en Peluchilandia...

(Qué bien me ha venido conocer a Tati :) )

4 de julio de 2007

Amnistía internacional

Un magnífico y fortísimo video cuyo descubrimiento tengo que agradecer a mi amiga María Fernanda. Food for thought...