19 de febrero de 2018

Con los pies a remojo mientras pescaban...


Simulacros

Con los pies a remojo mientras pescaban atunes de videojuego se sumergían en la pantomima de un domingo junto al lago. En silencio masticaban unas barritas energéticas con sabor a tortilla sin apartar la vista de la caña virtual. Cuando sonó la alarma de fin de tarea se hicieron un selfie al que aplicaron un fondo de bosque para mandarlo a la familia con muchos emoticonos. Recogieron el salón sin mirarse y siguieron con sus rutinas: el chico subió a su cuarto y el padre se regaló unos minutos de abulia. Miró un momento el móvil pero no, no había sonado, sólo se lo había parecido.

Microrrelato escrito para el concurso Relatos En Cadena que marcaba la frase de inicio.

12 de febrero de 2018

Se quedaban discutiendo dónde pondrían el sofá...


Empresa de mudanzas

Se quedaban discutiendo dónde pondrían el sofá con los dedos morados del esfuerzo y las rodillas flexionadas como aprendieron en el curso. Tiraban hacia un lado, hacia el otro, los rostros enrojecidos de argumentar sin argumentos y en los sobacos el sudor traspasaba el mono azul.

Así fue un tiempo hasta que el dueño de la casa, harto de esperar, se colocó las pantuflas y se sentó en el sofá a leer el periódico.

Sus piernas se bambolean en el aire con los zarandeos pero se limita a poner mala cara y ni siquiera se queja: ya se cansarán estos obreros.

Microrrelato escrito para el concurso Relatos En Cadena que marcaba la frase de inicio.

Los rincones vacíos de la casa ya desmantelada...


Fugit

Los rincones vacíos de la casa ya desmantelada por los desvalijos temblarán con cada bomba y acaso acabarán desmoronándose si hay puntería. He sobrevivido, me repetiré muchas veces. Sobre todo cuando recuerde el trofeo de natación, la foto enmarcada de los abuelos o la medalla de oro. No hay tiempo, me repito ahora mientras meto mi supervivencia en un hatillo y dejo, como una torpe fianza, mi vida aquí atrás.


Revelación

Los rincones vacíos de la casa ya desmantelada se empezaron a llenar de grillos tan pronto como empezó la lluvia. El tejado roto deja pasar una columna de ortópteros negros que frotan las alas enloquecidos en un celo convulso y, a fin de cuentas, inútil. En tan poco ha quedado el apocalipsis: una casa medio derrumbada y una lluvia de grillos macho que morirán sin encontrar una hembra, como todos nosotros.


Protección de las especies

Los rincones vacíos de la casa ya desmantelada se cubrirán de guano y plumas viejas. Invadirá la habitación del bebé ese inconfundible olor a azufre y carne muerta y nuestra habitación quizá sea la elegida para acumular la basura que suelen comer. Arranco el coche y me aferro al consuelo de que estamos juntos y a salvo pero no puedo evitar indignarme ante tanta injusticia. Nos invadieron la casa y lo único que proponen las autoridades es que nos vayamos. No pueden hacer nada, dicen, los ángeles están en peligro de extinción.

Microrrelatos escritos para el concurso Relatos En Cadena que marcaba la frase de inicio.