31 de enero de 2006

La genialidad en pastillitas...


...y ésta es una de ellas.

¡Enhorabuena!

(Sólo para informáticos)

Sueños y realidades


Ayer lo flipé, sencillamente. Aún estoy que no me lo creo, miro la foto y no lo acabo de asimilar. Una cosa es saber que mis libros (diseñados por mi) están en El Corte Inglés y otra cosa es verlo. Vamos, como unas castañuelas :)

30 de enero de 2006

Un milagro en equilibrio



(No creo estar revelando información sustancial del libro, pero si eres de los que no les gusta saber nada nada del libro que van a leer, no sigas leyendo, vuelve cuando te hayas leído el libro)

Es éste un libro de reflexiones sobre el descubrimiento del propio ser dentro de las circunstancias y los bagages educacionales. En él su personaje principal se encuentra revisitando su vida para poder afianzarse y dar a su hija una base sobre la que crecer. A modo de diario, Eva ante su recién estrenada maternidad, explora su vida para intentar descubrir quién es y hacia donde se dirige. Es un libro de análisis sobre sentimientos, sobre inteligencia emocional (que diría Goleman), sobre cómo se desarrolla la personalidad de un ser humano desde su nacimiento hasta su madurez.

El personaje principal parece atrapado en una eterna adolescencia de la que no acaba de conseguir salir. Una etapa llena de reproches hacia los padres, hacia la educación recibida, hacia el mundo que le rodea, incomprensible y extraño. Eva intenta superar al fin esa estapa para poder afrontar la maternidad desde un punto de partida maduro, que acaba por no ser más que una mediocre aceptación (casi cobarde) de la realidad en que se encuentra sin llegar a atreverse a introducir el certero e imprescindible bisturí que la salvaría. Eva está anclada en los reproches hacia todo el mundo, haciendo responsables de sus errores, de sus defectos, de sus problemas a factores siempre (o casi siempre) ajenos a sí misma. Finalmente alcanza una cierta conciliación con su propia historia y decide que esos reproches no le llevan a nada, que no la dejarán seguir creciendo. Pero sólo los ignora, no acaba de comprender que cada ser humano es responsable de sí, sean cuales sean sus circunstancias.

Eva es un personaje con un locus de control completamente externo, sujeto al devenir de las circunstancias de su vida y con una capacidad innata para mantenerse en una perpetua inmadurez.

La prosa es sencilla, coloquial, casi hablada y de fácil lectura. Es un libro destinado a venderse, con altas dosis de comercialidad. Sin embargo cuenta a su favor con la exploración (si bien no profunda) de conflictos y problemas eminentemente humanos y actuales.


Publicado en la Wikipedia en español

29 de enero de 2006

El juego de Ender

Leí o escuché una vez que hay dos tipos de historias: personaje normal en circunstancias excepcionales y personaje excepcional en circunstancias normales. En la ciencia ficción se transgreden esos límites y puede darse la siguiente vuelta de tuerca: personaje excepcional en circunstancias excepcionales. El problema en este género es la facilidad con que se puede perder el hilo de plata que conecta con la realidad y es fácil perder el interés del lector al alejarse excesivamente de lo humano. Uno de los mejores libros de ciencia ficción que le leído ("¿Sueñan los androides con ovejas eléctricas?") lo es porque en esa inesperada libertad que aporta el futurismo y encontrarse viendo la realidad desde la perspectiva de seres especiales, se consigue abordar los problemas y los conflictos más esenciales del ser humano como si después de siglos de hojas y hojas llenas de letras, fuera la primera vez que se escribe sobre ello.

Ahí reside la fuerza de "El juego de Ender"; un fuerte alegato antibelicista que explora profundamente la naturaleza más animal y violenta del ser humano, el instinto supremo de la raza humana: la supervivencia. Un libro muy recomendable para aquellos que están de acuerdo con Louise M. Alcott cuando dijo que un buen libro es aquél que se abre con interés y se cierra con provecho.

(Gracias a Pablo Fernández, que fue el primero en recomendármelo y a Agente Naranja por insistir)

27 de enero de 2006

Los "trolles"

Escribe Lucía Etxebarría en su blog sobre las motivaciones de los trolles. Ella entiende que es un desplazamiento de un odio inconsciente hacia otra cosa (o personas).

Pego aquí mi comentario al respecto:

"Yo creo que lo que mueve a este tipo de gente no es una focalización de su odio (o al menos no es ésa la única razón). Creo que el comportamiento de los trolles se basa en la conjunción (astral) de dos factores:

- gran complejo de inferioridad
- le interesa profundamente alguien a quien consideran muy superior a sí mismos

Estos dos factores se unen y ocurre lo siguiente: esta persona quiere entrar en el mundo del admirado, en su entorno, pero como su autoestima está bajo tierra cree que un acercamiento amistoso es imposible (¿cómo iba a querer tener cerca a alguien como yo?) así que ni lo intenta (o lo intenta pero se autoboicotea inconscientemente). Para salvarse a sí misma esta persona culpa al admirado de su inaccesible status y le odia por ser tan creído, estúpido, egoísta… (añadir todo lo que se quiera, aquí el que no sé consuela es porque no quiere). Y ante todo este maremágnum de trucos mentales, la única forma que tiene de entrar en tu mundo es enviándote anónimos, insultándote o haciendo cualquier cosa de este tipo (que es lo que en el fondo piensa que es lo único para lo que está capacitado). Así considera que no puede pasar desapercibido en la vida de su admirado. Por tanto, la indiferencia es la peor respuesta que puede recibir porque entonces no hay salida para su autoestima (círculo no cerrado).

Como creo que me he explicado fatal voy a dar un ejemplo sencillo: a Juanito de 9 añitos le gusta Pepita de 9 añitos también (ambos desconocidos y residentes en la misma guardería), pero Juanito no se considera guapo, ni simpático, ni inteligente, ni cree que jamás de los jamases la fantástica Pepita (a sus ojos guapa, inteligente, simpatiquísima) se pueda fijar en él, así que coge y en el recreo cada vez que se cruza con ella, y a falta de argumentos mejores, le pega un buen tirón de las trenzas, le saca la lengua y le dice fea. Pepita llora y le cuenta a su madre lo que le hace Juanito, sin entender en su tierna juventud que lo que a Juanito le pasa es que quiere que le quiera y no sabe cómo hacer para lograrlo (con suerte aprenderá, aunque algunos no aprenden nunca :( ). "

25 de enero de 2006

Dedicado



Una dedicatoria especial a mi amigo Rafa que me ha enseñado el significado real de la palabra pestiño y sus múltiples sinónimos. (Si tenéis dudas le preguntáis al maestro)

Diseñadores del mundo uníos!!!

Menos mal que los trabajillos de diseño son cosa esporádica en mi vida porque me desquician, de verdad que me desquician (Pablo, eres un santo, ¿cómo aguantas?). La relación diseñador-cliente es la misma que la de (el) Pepe y (la) Mari. Le dice (el) Pepe a (la) Mari:

- Niña, ¿dónde quieres que vayamos esta noche?
- Ay hijo pues donde tu quieras, a mí me da igual.
- Pues mira, vamos al cine
- ¿Al cine? Uff. No me apetece mucho -carita de asco incorporada-
- Bueno, bueno ¿y si vamos al bar X?
- Uy no, tampoco.
- ¿Y si...?

Este diálogo de besugos puede continuar hasta el infinito porque:
1. Mari no sabe lo que quiere
2. Y encima sufre del síndrome del perro del hortelano (...)

Grrr!!!

En fin, ya lo he soltado. Paciencia fragueliana que me queda que aplicar... :|

Cinco hábitos extraños

Me rindo y recojo el guante del suelo :). Hay que plegarse al devenir de los tiempos, aunque a mí estas cosas ya me estén cogiendo mayor.

En fin, tras mucho meditar me he dado cuenta de que no tengo ningún hábito que no sea extraño pero había que elegir cinco, así que ahí va:

- Tocarme constantemente la nariz. Es una especie de tic o muletilla que no puedo evitar.
- Hacer ruiditos raros cada vez que toqueteo algo en los servidores. No era muy consciente yo de esta manía pero mi compi de curro me lo ha hecho notar. Por lo visto sueno como una mezcla de shin shan y chewaka. Cosas de la tensión
- Leerme siete libros a la vez. Voy cogiendo el que me apetece en cada momento. Llevo haciéndolo desde hace años y siempre los acabo (salvo el de Idhún :P) y (oh prodigio!) no confundo los argumentos.
- Tengo que tener la almohada fresquita en la cara. Eso supone que me llevo toda la noche dándole vueltas. Cosa que es un problema porque el nene tiene la misma costumbre pero le da la vuelta en el sentido contrario...
- Estar siempre ocupada. Y esto sí que es extraño porque yo tengo siempre mil cosas que hacer pero me cuentan por ahí que hay una cosa que se llama aburrimiento y que lo padecen algunos... :P

Pues ahora paso el meme...

20 de enero de 2006

Memorias de Idhún: la Resistencia


Me regalaron el libro por Reyes y ayer definitivamente lo abandoné en la estantería después de no haber pasado de 20 ó 30 páginas, cada una de ellas acompañada de un cabreo monumental. No lo entiendo, no entiendo cómo triunfan cosas así y hay tanta gente que escribe muy pero que muy bien y que se está comiendo los mocos.

El libro está dirigido a un público infantil, lo entiendo, pero los niños no son tontos (o no deberían serlo) y no se les puede (debe) alimentar con productos de tan baja calidad. Lo primero que te encuentras es que el protagonista del libro escrito por Laura Gallego se llama Jack y vive en una granja con cobertizo. He de confesar que cuando un español (escritor, cantante o lo que sea) se dedica a maquillar su obra de americanismo me da por desconfiar; parece que algunos creen que la historia es más creíble si el personaje se llama Jack o Peter que si se llama José o Juan. De entrada el detalle no me gustó mucho la verdad. Luego sigo leyendo y me encuentro con que la prosa es... ¿cómo diría?... Enyd Blyton pero en malo, o sea, llena de ripios y frases-hechas-de-las-de-los-bestsellers-de-exito. Y ahí fue cuando ya me empecé a mosquear. Luego resulta que la historia es un niño cuyos padres provienen de un mundo fantástico, aunque nunca se lo dijeron y que mueren asesinados y el niño se queda huérfano; y además la criatura sabe cosas sin saber que las sabe y demás... o sea, un remake de Harry Potter (que nunca me pareció tan malo).

El caso es que he decidido abandonar el libro. Yo que me he tragado hasta El Código Da Vinci para poder hablar con conocimiento de causa (sobre este libro dijo mi amigo Cape: "es la primera vez que siento que consumo un libro en vez de leerlo") y con éste no he podido. Hace tiempo puse una cita de C.S. Lewis por aquí que no estaría mal recordar: "literatura infantil es aquella que también gusta a los niños". Así que si tienes hijos o niños a los que regalar libros decántate por Ende, Verne, ... y pasa de estos productos herederos de la sociedad de la hamburguesa y el reality show.

Sonría, por favor


Por mucho que se empeñen los anuncios y las series de sobremesa, vivir es sobrevivir. No existe casa de la pradera, casita en la montaña con perro y cabra ni realidad rosada y maravillosa que sea capaz de mantener una vida en vilo, en el equilibrio perfecto de la felicidad inasible. Nuestro camino es problema tras problema, dolor tras dolor. Y a menudo mantener la sonrisa es una tarea tan difícil que cuesta recordar la razón que mueve a veces las comisuras de nuestros labios.

Sin embargo, la razón está clara: sonreír porque podemos elegir hacerlo. Por simple y pura dignidad, porque elegir la sonrisa es elegir la digna y estoica victoria del héroe vencido. Porque aún en la peor de las situaciones se puede decidir cómo llevar la carga. El fardo pesado de la vida. Y porque aún hay algunos que prefieren perder en el juego manteniendo la frente en alto. A pesar de todo.

En una sociedad en la que la que parece que sea imposible elegir, en que uno es como es porque el mundo le ha hecho así. En un mundo en el que elegir lo que nos hace daño se llama enfermedad y es un laberinto en el que ya todos sabemos -se han encargado de hacernos creer- que cuando se entra no se sale; un lugar en el que quien no es feliz no es culpable de no lograrlo -para eso están sus padres-, no estaría mal recordar en este mismo momento que siempre se puede elegir y que no hay nada más digno que sonreírle a la mierda que nos rodea porque aunque no es la casa de la pradera tampoco hace falta que lo sea.

11 de enero de 2006

El arte de regalar


Ahora a toro pasado y siendo como he sido testigo de varias decepciones a mi alrededor (mías no, que yo estoy más contenta que unas castañuelas :) ), creo que conviene divagar un poco sobre el arte de regalar. No es que la que esto escribe sea una experta, pero sí que es verdad que me reconozco cierta habilidad para empatizar con los que me rodean y ese es el primer paso para saber regalar.

Un regalo no es sólo un objeto material que se traspasa de manos, o no debe serlo al contrario de lo que parece pensar mucha gente. Es importante que el objeto en sí esté rodeado de algún simbolismo. La primera estrategia posible a la hora de regalar es elegir algo que aluda de algún modo a un secreto común con esa persona, con alguna broma, con algún momento que hayan vivido juntos el regalado y tú. Es importante tener cuidado con las bromas de mal gusto, que las confianzas dan asco. Este tipo de regalos afianza la relación con esa persona, le hace sentirse importante en nuestra vida y ese es el regalo, el objeto en sí es indiferente. Una variante de esta estrategia es regalar algo que nos identifique a nosotros (los regaladores) claramente: por ejemplo, mi amiga Carmen me regaló una vez una piedra; como sé que ellas las colecciona y tengo asociada esa idea con ella cada vez que veo esa piedra la recuerdo; sé que me regaló algo que para ella es especial y me encantó el regalo.

La segunda estrategia (orden no vinculante) es regalar algo que se sepa que a esa persona le hace ilusión. Es lógico, ¿no?. Para eso hay que tener los sentidos alerta y buena memoria. Conviene recordar esos comentarios espontáneos (o no O:) ) que todos hacemos al ver algo que nos gusta, tipo "¡qué chulo!", y que por los ataques de sensatez que por desgracia nos dan a los seres humanos (eso dicen, yo no conozco la experiencia :P) no nos lo compramos. O sea, lo importante es apuntar directamente al capricho. Es un error que tiene mucha gente esa máxima de "regala algo útil, que si no le gusta al menos le sirve". Es bastante cobarde (y no se trata de prudencia a la hora de gastar dinero, se pueden hacer regalos geniales por muy poco; ya he contado lo de la piedra) y además al 90% de la gente le hace nula ilusión que le regalen un paquete de papel higiénico (cámbiese por cualquier otro objeto insípido y anodino) por útil y práctico que sea. Y por supuesto, está claro que los regalos típicos: colonia, corbata, pijama... están contraindicados en la mayoría de los casos a no ser que esos objetos tengan algún tipo de simbolismo en cuyo caso entran en la categoría 1; por ejemplo, si le regalara a mi novio una corbata con un pingüino probablemente le encantaría (algunos entenderéis porqué :) ).

Y la tercera estrategia (de nuevo repito lo de que el orden no es vinculante) es para aquellos que son valientes y tienen un afinado sexto sentido que les permite captar la esencia última del prójimo (absténganse todos los que no se encuentren entre esta élite). Consiste esta estrategia en regalar algo que la propia persona no sabe que quiere pero que tú, avispado regalador (regalator en inglés) sí que lo sabes. Esta estrategia es especialmente apropiada para regalados potenciales que están en búsqueda (en el sentido más espiritual de la palabra) y aún no saben de qué. Podríamos incluso llegar a enganchar a esa persona a un hobby que nunca había practicado (vale, se conocen pocos casos, pero alguna vez ha ocurrido). Este método es apropiado por ejemplo cuando se trata de hacer un regalo a un niño.

Así que al final el arte de regalar se resume en la máxima: "cómete un poquito el coco". Si lo haces, lo más seguro es que el regalo sea un éxito pero en el caso de que no sea así, al menos el regalado percibirá este interés y molestias por nuestra parte y ése siempre es, para todo ser humano, el mejor regalo.

7 de enero de 2006

Vocación y talento


Ando en plena crisis creativa (aunque acabo de vomitar un poema impublicable por lo sentido) y no termino de desenredarme de mis propias ideas. Sé y puedo afirmar sin pudor, hacia donde se inclina mi vocación pero se me descomponen las fuerzas en cuanto trato de poner en una balanza los criterios del talento. Sé lo que me gusta, sé identificar el talento en otros (bajo mi criterio) pero ¿cómo hacen esos otros para convencerse para escribir, pintar, montar un cluster o levantarse por la mañana?

La cuestión está en que no sé ubicar dónde se encuentra la lista de los agraciados con el don de la genialidad y dónde se hacen las oposiciones para ingresar en tan fantástica lista. No hay problema cuando se trata de los demás (porque encima soy bastante misericorde con cualquiera que se atreve a expresarse) pero el problema viene cuando me juzgo a mi misma. Y es que odio y amo mis creaciones a partes iguales y me veo falta del más mínimo talento y hecha una diosa de la creación con la misma intensidad (bueno no, mentira, conmigo soy bastante más inmisericorde y son las más las veces que me desprecio profundamente como artista). ¿Merece la pena que quien siente vocación por algo lo haga? ¿De dónde saca la autoestima necesaria para no perder la fe en sí mismo? Sí, es que ahí debe estar el problema, que necesito una sesión de autopiropeo delante del espejo y es que últimamente parece que todos se han puesto de acuerdo en recordarme que soy un desastre y bueno, tarda mucho, pero el acantilado se acaba convirtiendo en playa a fuerza de lo "seguías" que son las olas.

Mmmm... me voy a dedicar a la autocontemplación y a visionar mi ombligo desde distintos ángulos. Así, puede que no resuelva la ecuación vocación-talento pero igual deja de importarme tanto...

3 de enero de 2006

Mi documento de clustering

Se está haciendo famoso. Hay mucha gente en Internet que lo ha enlazado y parece que gusta. Y además, fijaos lo que ha llegado a mis manos vía MaxTonso. Total, que me alegra.

1 de enero de 2006

Medusaman


Una nueva incorporación a la lista de admirados :)

La diferencia entre lo real y lo sublime

Que no es más que la diferencia que ya apuntaba Ortega y Gasset entre lo humano y lo artístico, ¿no?

Lo sublime digital

Feliz 2006

Pues eso, que feliz año a todos. Yo tengo como propósito para el nuevo año renovar con más frecuencia el blog y aumentar la calidad de los textos :P A ver si capto más adeptos juas juas juas.

Espero que el próximo año os llegue lleno de sonrisas. Ahí va la primera... :)