23 de diciembre de 2011

Felices fiestas


No tengo ganas de ponerme trascendente aunque me revoloteen ante la frente seis años de blog, un montón de amigos virtuales y de carne y hueso y mis propios cambios fraguelianos... No, no quiero ponerme trascendente. Sólo quiero desearos unas felices fiestas, que las disfrutéis con vuestras familias, con vuestros amigos, con alguien que os coja la manita con cariño. Una paradita sólo para desearos muchas sonrisas :)

¡Ah! ¡Claro! Y también... Ph'nglui mglw'nafh Cthulhu R'lyeh wgah'nagl fhtagn!

15 de diciembre de 2011

La cura para la erotomanía

"O en mi loca imaginación irrumpe una chica de nombre Elsie por quien estuve al borde del suicidio durante un mes, en 1916.

—¿Qué tal si fuera yo? —dice Elsie—. Estoy segura de que maldices muchas emociones de aquel pasado, ¿o ya se te olvidaron?
—No, Elsie, no se me han olvidado.
—Bueno, entonces escribe un cuento acerca de mí. Hace doce años que no me ves, así que no puedes saber lo gorda y aburrida que suelo parecerle a mi esposo.
—No, Elsie, yo...
—Anímate. Bien valgo un cuento. Lo digo porque regresabas a decirme adiós con una cara tan triste y cómica que pensé que me volvería loca antes de que lograra deshacerme de ti. Y ahora tienes miedo hasta de empezar un cuento sobre mí. Tus sentimientos deben de haber sido muy débiles si no logras revivirlos durante unas cuantas horas.
—No, Elsie, no me entiendes. Escribí acerca de ti docenas de veces. La curva graciosa de tu labio, como de conejito, la usé en un cuento hace seis años. La manera en que te cambiaba la cara cuando estabas a punto de reírte —le di esa característica a una de las primeras chicas sobre las que escribí—. La forma en que alargaba mis despedidas, sabiendo que correrías al teléfono en cuanto la puerta se cerrara tras de mí. Todo eso está en un libro que escribí hace mucho tiempo.
—Ahora me doy cuenta. Sólo porque no te hice caso me despedazaste para usarme poco a poco.
—Me temo que sí, Elsie. Mira, nunca me diste en realidad un beso, excepto aquél como con un empujón al mismo tiempo, de modo que de hecho no existe ninguna historia."

Afternoons of an Author. A Selection of Uncollected Stories and Essays.
Francis Scott Fitzgerald.

5 de diciembre de 2011

Los artistas son vagos pero no todos los vagos son artistas.

"El arte es un mullido lecho para los que nos sentimos vagos de profesión. Cuando uno comprende esta verdad, se proclama a sí mismo solemnemente artista, escritor o pintor, músico o poeta.

Luego, los demás, empezando por la familia y por los amigos, no aceptan casi nunca esta solemne proclamación individual que les parece subterfugio, un buen pretexto para no trabajar.

Pasado el tiempo, si el vago por casualidad resultara un artista estimable, la vagancia no se toma en cuenta, es, en algunos casos, una belleza más, un gracioso lunar; en cambio, si el supuesto artista no produce nada que valga la pena, entonces su vagancia se pone al descubierto y se convierte ante los ojos de sus conocidos en algo criminal, desagradable y repelente.

En esto, como en todo, el éxito establece la ley"

El mundo es ansí.
Pío Baroja

Bunbury. Odiame.

24 de noviembre de 2011

II Relato en cadena con José Ángel Mañas (2)


Nada, sólo contaros que he vuelto a resultar seleccionada en la penúltima continuación del relato en cadena de José Ángel Mañas en el portal leoyescribo.com La verdad es que no pensaba volver a participar pero le he cogido cariño a los personajes y a la historia y el reto es muy divertido.

Dentro de unos días supongo que recibiré el premio, pero la diversión ya compensa la participación.

En la web del relato en cadena con José Ángel Mañas podéis leer mis dos continuaciones: la dos y la diez.

26 de octubre de 2011

II Relato en cadena con José Ángel Mañas


Soy la primera ganadora de este año del relato en cadena que organizan en el portal "Leo y Escribo" con la colaboración del escritor José Ángel Mañas.

La idea es continuar un relato que ha comenzado el autor para ir encadenando el fragmento del participante elegido como ganador de la semana con fragmentos escritos por el propio José Ángel Mañas. La única condición es ser universitario (de algo me tenía que servir la vuelta al cole) y el premio, un lote de libros.

Os dejo el enlace al II Relato en Cadena. Mi fragmento es el número dos y firmo como "Puntos_suspensivos" y es que el relato va dedicado a Sabina...

"Lo peor del amor es cuando pasa,
cuando al punto final de los finales
no le quedan dos puntos suspensivos…"


:)

15 de marzo de 2011

Pequeñas resistencias 5. La revelación frente a la sorpresa.

"Pequeñas Resistencias 5" es una antología sobre el cuento actual publicada en 2010 por la editorial Páginas de Espuma bajo la dirección de Andrés Neuman. Me parece que tanto esta antología, como su complementaria en muchos aspectos "Siglo XXI. Los nuevos nombres del cuento español actual", son imprescindibles para cualquier aficionado al cuento.

De esta lectura por supuesto, surgen otras, gracias al descubrimiento de autores y estilos. Por lo pronto, gana posiciones Cristina Grande entre mis autores "to read". Y algunos no me han gustado nada, pero juzgar a un autor por un solo cuento me parece demasiado atrevido, así que me reservo mis sospechas.

Además de los cuentos escogidos que dan la visión de una producción heterogénea en torno al, controvertido a veces, género del cuento, el libro incluye un cuestionario final en el que los autores antologados responden a diversas cuestiones sobre literatura y sobre el género. En este cuestionario, muchos autores hacen hincapié en algo que ya venía detectando: en el rechazo que entre la crítica y los mismos autores hay hacia los cuentos con final sorpresivo, lo que se llaman normalmente cuentos "redondos". Como para mí este rechazo tiene matices, me apetece concretarlos. Intentaré hacer una clasificación:

1) Cuentos en los que al final llega una sorpresa disparatada que no se adelanta en ningún momento en el texto anterior. Por ejemplo, cualquier deus ex machina o un "al final todo era un sueño y despertó".
2) Cuentos en los que al final se da un dato que completa a otros previos y que han venido adelantándose con lo que la historia se cierra la intriga.
3) Cuentos en los que al final se revela algo tan esencial que hace que se resuma todo el cuento obligando al lector a revivirlo pero desde un nuevo punto de vista.
4) Cuentos sin revelación alguna, que no son redondos, sino lineales. Digamos fotografían una mínima porción del discurrir de una historia insinuando al lector el resto.

Parece que la tendencia actual es a perseguir los finales tipo 4. En esta búsqueda detecto la misma picaresca que ya existió y existe en la pintura abstracta y la pintura pop: creo que, en ocasiones, se hace pasar por cuento lo que no es más que un texto más o menos bien escrito (del mismo modo en que a veces se hace pasar por arte cosas que no lo son, y evidentemente, esta es mi opinión, cómo no). La historia debe estar ahí, por muy mínimamente que se haya apuntado, para que podamos hablar de cuento. Como lectora, discrimino mucho entre lo que leo dentro de este grupo y lo que me gusta, me encanta y lo que no, lo detesto. Es decir, que encuentro grandes contrastes entre las obras que en principio se adscriben a este tipo de final. Como escritora, por otro lado, me parecen muy difíciles de conseguir.

Es evidente que por su grosería, los cuentos del grupo 1 son descartables y no creo que haya que explicarse más. Los del grupo 2, dentro de que puedan ser correctos, no me entusiasman como lectora (y sé que yo los escribo muchas veces).

Los del grupo 3 son los que me resultan más interesantes y los que satisfacen en mayor medida mis expectativas. Aquí no hablamos de sorpresa sino de revelación. No hay susto, pero sí la sensación del descubrimiento. Este es el tipo de cuento que aspiro a escribir. Creo que los del grupo 4, cuando son de calidad, no son más que una variante de este grupo 3, sólo que la revelación exige al lector algún esfuezo adicional.

Sobre esto de los finales, empecé a leer hace un tiempo una recopilación de todos los cuentos de Cristina Peri Rossi y si bien al principio me pareció que era fantástica, empecé a cansarme poco a poco de la sorpresa constante (digamos de tipo 2.5) que esperaba al final de cada cuento. Sé que le daré una segunda oportunidad a ese libro pero de momento acabé por cansarme de tantos sobresaltos.

Y sin embargo, hay un cuento de Cristina Fernández Cubas, que tengo como referencia porque me encanta, titulado "El mundo" que, sin parecerlo, pertenece al grupo 3. La revelación no está en una frase o en unas pocas palabras, no te pega un grito al voltear un renglón sino que la revelación está en cómo se desarrolla el cuento y cómo las acciones de los personajes hacen que comprendamos más profundamente su humanidad, su naturaleza contradictoria, su evolución y porqués.

Satisfecha mi necesidad de concretar todo esto que me ronda la cabeza, me quedo con la búsqueda de la revelación frente a la sorpresa pero también con la exploración de los territorios más vanguardistas, siempre tan interesantes...

20 de febrero de 2011

El concepto de cluster (3 de 3)

Del baúl de los recuerdos ha venido a aparecer la documentación de mi proyecto fin de carrera. Me ha sorprendido releer la introducción de mi trabajo (un framework para simulación de computadores aplicado a coherencia de caché en máquinas NUMA) y ver claramente lo que me dicen por ahí: que soy de letras y una infiltrada en el mundo tecnológico. Voy a publicar esa introducción en tres fragmentos. Para ponerlo en contexto, tengamos en cuenta que esto lo escribí allá por el 2005, que no he cambiado una coma y que probablemente entonces era mucho más inteligente que ahora...

La primera de estas soluciones sería superar las incapacidades de potencia de cálculo y velocidad del más rápido de los procesadores posibles de construir (y a menor costo) uniendo las capacidades de muchos procesadores más simples. Así, los clusters computacionales han permitido el tratamiento de volúmenes sorprendentes de información y dan respuesta a necesidades de potencia antes desatendidas. Tendríamos por ejemplo, los clusters que computan renderizados de imágenes, modelados meteorológicos o bursátiles. Y como versión más tosca de este tipo de clusters aparecerían los clusteres de balanceo de carga que reparten el trabajo entre varias máquinas de forma semiparalela. Por ejemplo en el caso de granjas de servidores web que se reparten la responsabilidad de atender las peticiones de los navegadores de los clientes.

Por otro lado, la redundancia de algunos de los sensores y procesadores de los organismos humanos inspiran otro tipos de clusters. Los clusters de alta disponibilidad o tolerantes a fallos, capaces de afrontar sus tareas con pérdidas tolerables de prestaciones aún después de haberse producido un fallo en alguno de sus elementos.

Pero ¿han conseguido los clusteres generar un nuevo modelo computacional comparable al de la máquina de Turing? La respuesta es no. Finalmente, se han conseguido mejoras (y no siempre) en la velocidad de ejecución de algoritmos complejos , pero en el plano teórico no hay nada que impidiese a una máquina de Turing llevar a cabo la misma tarea. ¿Quiere decir esto que esta línea de investigación está agotada y es inútil? Aquí cada uno de las partes en la controversia darían su propia versión de los hechos.

Los clusters como tecnología serían indiscutiblemente prácticos y útiles. Por un lado, independizan la capacidad computacional de las máquinas del avance en la construcción de procesadores con más capacidades y también de mayor coste. El poder resolver una tarea con elementos más económicos y con sistemas más escalables tiene obvias ventajas en el mundo real de aplicación de la informática. Así que en este sentido no parece probable que dejen de existir este tipo de máquinas o que se deje de investigar en esta línea.

Sin embargo, desde el punto de vista teórico ya hemos visto que este tipo de máquinas no ha revolucionado la ciencia como algunos esperaban ya que no aporta finalmente ningún modelo novedoso de computación. ¿Cuál ha sido el fracaso? La idea inicial basada en la observación del ser humano y de su complejo procesamiento paralelo no parecía equivocada, la pregunta es ¿son los clusters computacionales máquinas realmente paralelas o sólo dan una ilusión de paralelismo? Si los algoritmos ejecutados sobre un cluster computacional pueden teóricamente (sin limitaciones de tiempo y memoria) ejecutarse sobre una máquina de Turing, está claro que el paralelismo es inexistente y no es más que una ilusión de paralelismo equivalente a la que ya existía en las máquinas monoprocesador que ejecutan aplicaciones multitarea y multiusuario dando una impresión de paralelismo irreal. Sin embargo, la línea de investigación no debería ser abandonada como inválida, pues nada demuestra que sea errónea, son los resultados alcanzados los que aún no son satisfactorios.

Esta búsqueda de un nuevo modelo de computación realmente paralelo no se ha abandonado en absoluto. Los nuevos conceptos aportados por la relatividad en el campo de las ciencias físicas y experimentales han venido a abrir camino a nuevas hipótesis para este modelo paralelo novedoso. Los computadores cuánticos permiten abordar un nuevo modelo computacional en el que los estados de computación ya no serían 0 ó 1 binarios y excluyentes, sino que podrían coexistir simultáneamente. En este mismo sentido (avanzando paralelamente como no podría ser de otro modo) las más novedosas teorías en la ciencia psicológica empiezan a modelar los procesos mentales humanos de este mismo modo: con estados simultáneos. Es decir, con paralelismo real.

Así pues, en mi opinión la evolución de la informática como ciencia seguirá la actual búsqueda y materialización de este nuevo modelo computacional. Y por otro lado, la informática como tecnología seguirá abordando, dada sus ventajas, y por bastante tiempo la construcción y mejora de máquinas multiprocesador o clusters.

El concepto de cluster (2 de 3)

Del baúl de los recuerdos ha venido a aparecer la documentación de mi proyecto fin de carrera. Me ha sorprendido releer la introducción de mi trabajo (un framework para simulación de computadores aplicado a coherencia de caché en máquinas NUMA) y ver claramente lo que me dicen por ahí: que soy de letras y una infiltrada en el mundo tecnológico. Voy a publicar esa introducción en tres fragmentos. Para ponerlo en contexto, tengamos en cuenta que esto lo escribí allá por el 2005, que no he cambiado una coma y que probablemente entonces era mucho más inteligente que ahora...

Los defensores de la IA fuerte, herederos de la psicología asociacionista, basan su creencia en la fortaleza del modelo de Turing en que los algoritmos complejos que definen los procesos mentales humanos sólo han quedado fuera de las actuales realizaciones prácticas de máquinas de Turing por incapacidad tecnológica. Sería para ellos suficiente que aumentara la capacidad para crear procesadores más complejos y rápidos para que los algoritmos más complejos pudieran resolverse en tiempos humanos (suponiendo que esos algoritmos sean definibles).

Por otra parte, como hemos visto, otra línea de investigación negaría la completitud del modelo de Turing como tal y exploraría nuevas realizaciones prácticas de prototipos basándose en las tecnologías ya existentes. En este sentido se aborda la ejecución de algoritmos de forma paralela: del mismo modo que el funcionamiento de un ser humano se basa en la unión del trabajo de millones de miniprocesadores sencillos (las neuronas) que tratan pequeñas cantidades de información recibidas por sus sistemas de entrada/salida (órganos sensoriales), así el futuro modelo que completaría de forma correcta a la máquina actual estaría basado en la ejecución paralela de distintas tareas por parte de procesadores, no necesariamente complejos, y en el tratamiento final de toda esta información por un núcleo -no necesariamente nuclear, es decir, que podría estar distribuido en varias máquinas-, que haría las veces de cerebro en la máquina.

De esta forma surge el concepto de cluster que podríamos definir como un conjunto de computadoras que se reúnen para contribuir, en conjunto, a un mayor rendimiento computacional total. Podríamos referirnos a máquinas de alto rendimiento multiprocesador de un determinado fabricante o bien a conjuntos de computadoras construidos con elementos hardware comunes, típicamente ordenadores personales. Los clusters van a proporcionar desde el punto de vista tecnológico, desde sus orígenes, soluciones a problemas que habían quedado sin resolver.

El concepto de cluster (1 de 3)

Del baúl de los recuerdos ha venido a aparecer la documentación de mi proyecto fin de carrera. Me ha sorprendido releer la introducción de mi trabajo (un framework para simulación de computadores aplicado a coherencia de caché en máquinas NUMA) y ver claramente lo que me dicen por ahí: que soy de letras y una infiltrada en el mundo tecnológico. Voy a publicar esa introducción en tres fragmentos. Para ponerlo en contexto, tengamos en cuenta que esto lo escribí allá por el 2005, que no he cambiado una coma y que probablemente entonces era mucho más inteligente que ahora...

Desde el inicio de la informática como ciencia hasta la actualidad, pasando por su despunte como tecnología después de la segunda guerra mundial, su recorrido ha seguido dos caminos paralelos a menudo íntimamente relacionados: por un lado la ciencia informática aparece como un esfuerzo por modelar la desconocida mente humana y sus procesos haciendo uso de las herramientas que le ofrecían las matemáticas; se ponía así al servicio de las investigaciones en el campo de la psicología e ilustra en su modelado las controversias ya existentes en este campo. Por otra parte, se convierte al pasar en tecnología práctica en un medio de tratamiento de información que permite realizar tareas superiores (en cuanto a velocidad y volumen) a las que puede realizar un ser humano.

Somos herederos de la concepción inicial de la máquina que definió Turing, pero esta máquina se antoja en ciertos ámbitos científicos como insuficiente y torpe. Así, los psicólogos cognitivistas encuentran que el modelado de la mente humana que puede permitirse una máquina de Turing es parcial y tosco y deja sin explicación muchos de los procesos mentales más complejos y bellos de los seres humanos. Y por otra parte, para la inteligencia artificial aparecen como frustrantes obstáculos las limitaciones de este modelo para ejecutar algoritmos complejos que permitan a las máquinas aumentar sus capacidades hasta niveles humanos.

Es de suponer que este doble camino de desarrollo seguido por la informática siga siendo el modelo de evolución de esta disciplina. Así, conforme más avance el conocimiento sobre nuestros propios procesos mentales tanto más avanzará la tecnología, permitiéndonos crear mentes artificiales cada vez más similares a las de los seres humanos. Si la máquina de Turing aparece como insuficiente, deben aparecer nuevos modelos.

Last Request. Paulo Nutini

6 de febrero de 2011

La loca de la casa


"La imaginación es la loca de la casa"
Santa Teresa de Jesús


"La loca de la casa" de Rosa Montero es un libro de dudosa adscripción genérica a caballo entre el ensayo, la novela y la biografía fabulada, en el que la autora elabora un discurso informal en torno a la imaginación, la literatura y los límites entre realidad y ficción.

Este es un libro de límites imprecisos del que resulta más fácil decir qué no es: no es un tratado formal o una poética, no es un ensayo sobre el oficio de escribir, no es una novela y no es, o lo es en un mínimo grado, una biografía. En manos de la imaginación, la loca de la casa, la autora retrata los límites de la creación y la locura, de la naturaleza humana y su inserción en la realidad y los miedos y frustraciones del creador literario, en concreto del novelista.

Es un libro de calidad descompensada, en el que momentos de brillantez se alternan con pesadas digresiones que no añaden nada a lo ya sabido. Siento no haber sabido participar totalmente en el juego que se le propone al lector y haberme quedado en el camino del laberinto admirando algún detalle y perdiéndome el objetivo final, si es que lo había. Me quedo con los aciertos con los que construiría un más liviano libro paralelo.

Desconozco el resto de la obra de Rosa Montero así que mi opinión se circunscribe exclusivamente a esta obra vista de modo aislado. Creo que puede resultar de interés a personas atraídas por la literatura, aficionados a escribir y la teorización ligera.

En mi libro paralelo no faltaría el que considero el pasaje más brillante del libro y que justifica plenamente su lectura. Empieza así:

"-Hoy quería escribir, tenía todo el día para escribir, y lo he tirado por la borda contestando e-mails.
-¿Por qué?
-No sé. A veces evitas ponerte a trabajar. Es una cosa extraña.
-¿Por pereza?
-No, no
-¿Por qué?
-Por miedo.

No se lo supe explicar, pero anoche en la indefensión extrema de la noche, en la claridad alucinada de la noche, mientras daba vueltas en la cama, comprendí exactamente lo que quería decir. Por miedo a todo lo que dejas sin escribir una vez que pasas a la acción."

4 de febrero de 2011

Para leer al anochecer


Todos tenemos prejuicios, quien esté libre de pecado que se lo haga mirar. Y tras la lectura de este libro he de admitir que mi imagen de Dickens ha cambiado completamente.

En este volumen que fue publicado recientemente se recogen una serie de cuentos que mantienen el factor común de que encuentran en los fantasmas la excusa de la trama. La prosa de Dickens, el ambiente y la atmósfera, nos trasladan inmediatamente a la exquisitez decimonónica y al arte de la escritura como oficio. Me han apasionado los inicios en los que me parece un maestro, capaz de situar al lector con poquísimos recursos, capaz de crear una atmósfera tan atractiva como la que nos mantenía de niños pegados a un libro. Ni que decir tiene que es una lectura imprescindible.

Y empiezo hablando de prejuicios porque mi descomunal ignorancia me tenía atrapada en la imagen de un Dickens inocente. Le tenía por un autor con poco riesgo y con poco que ofrecer, pero es innegable su capacidad de seducción -por algo fue uno de los best-sellers de su época- y también su irónica visión de la realidad, su sensible perspicacia al dosificar el ritmo, las escenas, las pequeñas digresiones.

Me fascina enfrentarle a Poe, como su antítesis en tantos aspectos y mucho más cuando este volumen habla de fantasmas y se acerca al terror que su coetáneo tan bien elaboraba. Dickens, sin embargo, lo aborda desde la luz, desde el humor, desde una lucidez de hombre de éxito al que le sonrieron los hados en vida. Ambos son grandes escritores, pero no puedo evitar inclinarme con ternura hacia el americano y su demoledora realidad personal. Dicen que se conocieron y me parece que ese encuentro es tan literario como sus obras. Imagino perfectamente la situación: Dickens hombre de éxito, que viaja a EE.UU. para hablar de los derechos de copia ante el pirateo de sus libros por editoriales estadounidenses. En resumen: el escritor en la cumbre. Y no me cuesta nada imaginar a Poe, ya preso del alcoholismo y de la crudeza de un fracaso personal que tenía que parecerle injusto a la fuerza. Un frente a frente de ambos, tan sugerente y que al final resulta tan poco fructífero, porque se vieron, pero no hubo encuentro.

Y por último, aunque sea un asunto extraliterario, no puedo evitar dejarme llevar por mi lado más esnob y admirar la edición en sí: el papel y el formato lo convierten en un libro especial. Y sí, soy de esas personas que cuando abren un libro lo primero que hacen es inclinar la nariz sobre las páginas y aspirar el olor de imprenta. Una tontería como cualquier otra, ¿no?

31 de enero de 2011

Abandono

Puedo aceptar que apenas me dirija la palabra. También que me ponga la comida delante sin mirarme siquiera, cumpliendo por orgullo, más que por vocación, la obligación de cuidar de mí. Puedo incluso aceptar que ya no me acaricie como antes y asumo este papel de mendigo de cariño que me impulsa a revolotear a su alrededor olvidándome de mi dignidad. Ella, centro de todo, mi diosa, la dueña de mi universo, apenas recuerda que una vez éramos dos en el paraíso. Puedo con esta situación aunque a veces me desmorone y me dedique a consumir las horas dormitando la tristeza, dejándome arrastrar por el profundo tedio de estar solo. Sin embargo, por mucho que lo intente, soy incapaz de adaptar mis esfínteres a su nueva costumbre de sacarme a pasear una sola vez al día.

25 de enero de 2011

¿Futuro incierto?

Hace unos días una persona me contó una historia que me ha dado mucho que pensar. Esta persona trabaja en una cadena industrial en una pyme, se encarga de adaptar ciertos parámetros de la producción a las necesidades del momento. Hasta ahí todo bien, salvo porque lo hace manipulando levas.

Esta persona no tiene formación especial como ingeniero o similar, simplemente ha aprendido su oficio y lo ha hecho bien. Es capaz de recalcular con rapidez las adaptaciones necesarias y hasta ahora era reconocido y apreciado en su trabajo. El problema es que desde hace un tiempo el control de la cadena se hace vía computador, lo ha instalado una empresa extranjera y las adaptaciones se hacen desde remoto vía módem. Por muy rápido que haga sus cálculos y la manipulación de la maquinaria, esta persona es incapaz de competir con los procesos automáticos que ahora realizan bajo demanda los cambios.

Y por otro lado, para esta persona es imposible adquirir formación en esta nueva forma de trabajar. Esta empresa, que es fabricante, no da formación porque sólo le interesa establecer canales comerciales. Y, por otro lado, no hay empresas similares en Andalucía y probablemente tampoco en España donde pudiera reubicarse laboralmente.

Bueno, un trabajo más que se queda obsoleto, andaréis pensando. Cosas del progreso, ¿no? Pero esto me ha llevado a una inquietante pregunta sobre el futuro del sector informático: ¿cómo debería orientarse el tejido empresarial local para maximizar nuestra competitividad de cara al futuro?

No me resulta difícil imaginar que esa empresa extranjera que lo lleva todo vía módem y nos deja sin trabajo es una Oracle o una SAP o una IBM... Estamos volviendo al equipo de grandes prestaciones con software cerrado y soporte de pila completa o a la suscripción de un servicio en un sistema remoto mantenido por otros, lo que al final se resume siempre en un "tú no toques que ya lo llevamos nosotros".

Cosas de la ley del péndulo y de que estos han sabido manejar el lenguaje de la alta dirección y otros no tanto. ¿Qué pasará con los que no trabajamos en esas empresas? ¿Habrá sitio para nosotros? ¿Oscilará el péndulo hacia el otro lado antes de que se hagan con todo?

De momento, me reafirmo en mi creencia de que hay que potenciar la competencia, que sólo así se progresa y se sobrevive equilibrando ambas cosas medianamente: si no lo crees así, pregúntate por qué IIS tiene virtual servers, por qué nació android, por qué Microsoft ha lanzado Windows7... El problema es que se creen monopolios, que se elimine la competencia, ¿por qué qué pasará en la empresa de la persona que decía al principio cuando el control de la producción sea magia oscura y quienes lo llevan decidan cobrar el doble por ello? Y si el servicio no es bueno, ¿seguirán existiendo alternativas?

Y otro punto en el que me reafirmo es en que hay que huir de ser aprieta-botones o tira-líneas-de-código y que es imprescindible que entendamos realmente qué estamos haciendo, cómo funciona lo que tenemos bajo los dedos. Sólo así nos aseguramos la capacidad de reconvertirnos, de adaptarnos al imparable progreso. Sólo así nos ganamos el derecho a participar de la siguiente revolución tecnológica.

9 de enero de 2011

Porta Coeli. La orden de Sta. Ceclina


Sigamos reseñando.

"Porta Coeli" de Susana Vallejo ha sido otro regalo más de mis sabios reyes. Tenía miedo de que me decepcionara tanto como lo hizo en su tiempo "Memorias de Idhún" (no enlazo aquella reseña porque no me reconozco a mí misma en ella...) pero afortunadamente estamos hablando de ligas distintas.

"Porta Coeli" es una tetralogía cuya primera entrega es "La orden de Santa Ceclina". En él se narra la historia fantástica de la Orden de Santa Ceclina, cuyo monasterio atesora un libro prohibido, el Porta Coeli, que permitirá a los protagonistas hallar explicación a las apariciones de seres fantásticos que han empezado a aumentar...

Entre sus aciertos, se encuentra un ritmo habilmente sostenido, una prosa correcta, clara, sencilla, sobre la que se pasea el lector cómodamente y va dejándose llevar de la mano de la historia. En ningún momento decae el interés gracias a que la información se dosifica prudentemente y las escenas se suceden con rapidez. La trama es impecable, el final se extrae de ella sin artimañas o engaños y el lector se sorprende sin asustarse. Un libro redondo y muy divertido.

Otro valor añadido es que la historia transcurre en tierras españolas, que el contexto es agradablemente familiar. Un riesgo, asumido con valentía por la autora, el de alejar al lector de sus prejuicios, llevado a cabo con maestría y sin complejos. Una baza más para este libro.

Sin ser un desacierto general, su principal debilidad está en la construcción de los personajes. El narrador omnisciente que da el tono correcto a este relato de aventuras y viajes, se vuelve en ocasiones demasiado introspectivo y deja ver sentimientos y pensamientos poco verosímiles en algunos personajes. Por ejemplo y principalmente, Bernardo, uno de los protagonistas, resulta poco creíble en sus emociones y acaba por pasar de petulante a cursi sin estadios intermedios. La relación que mantiene con Yebra, otra protagonista, discurre de forma poco creíble, excesivamente ingenua y estereotipada. En los momentos en que se describen las interacciones entre estos dos personajes, uno recuerda estar leyendo un libro juvenil, cosa que no ocurre necesariamente en el resto del libro.

Los aciertos superan a las debilidades en todo caso, resultando un relato más que digno y sobre todo, muy divertido. Una lectura recomendable para niños grandes y para jóvenes con imaginación. Algún día me haré con las tres siguientes entregas a la espera de pasar otros tantos buenos ratos.

Por los tiempos de Clemente Colling

Uno de mis propósitos para el año nuevo es recuperar las reseñas de este blog. Este no es un propósito sencillo pero me apetece hacer este pequeño esfuerzo. Además, quiero "pillarme los dedos" en las reseñas mucho más de lo que lo he hecho hasta ahora. El porqué es sencillo: como más se aprende sobre escribir es leyendo concienzudamente. Así que al lío...

"Por los tiempos de Clemente Colling" de Felisberto Hernández fue un acertado regalo de Reyes que me llegó un poquito antes para que pudiera aprovechar las vacaciones en su lectura. No conozco más obras de Felisberto de momento, aunque esto va a cambiar de aquí a unas semanas porque sus majestades han tenido a bien darme más material de lectura. De momento y de entrada, éste, considerado por algunos la mejor obra de Felisberto, resulta un relato exquisito. El objeto del discurso es una remontada compleja por los devaneos del recuerdo, la remembranza de una infancia hiperestésica, la reconstrucción de unas memorias que se iluminan ahora con la madurez del protagonista.

Parece que es autobiográfica: salpicada de recuerdos colaterales, el narrador protagonista, Felisberto, nos cuenta su relación con la música, la ilación de ésta en sus recuerdos y sobre todo, construye y destruye en un ciclo infinito al personaje que fuera su profesor de piano, Clemente Colling.

Casi inmediatamente, por la hiperestesia, por la exquisitez, por la batalla contra el olvido, la obra recuerda inevitablemente a Proust. Parece que el francés se encontraba entre las lecturas predilectas del autor y es evidente su influencia. El discurso, sin embargo, resulta más vanguardista en las formas que el de Proust; sin llegar al monólogo descabalado de Joyce, sí se interna en los vaivenes de nuestros más íntimos pensamientos y se atreve con el collage de las remembranzas que se asocian entre sí sin una lógica aparente. Además, hay pasajes, como la descripción de las longevas, su loro disecado, etc. que se internan, siquiera superficialmente, en el realismo mágico cuyo testigo recogería Gabriel García Márquez entre otros. Éste declaró admirarle y también lo hizo Cortázar, si bien en este último la influencia parece moverse más en términos de forma: en esa construcción de un lenguaje aparentemente descuidado en el que ni una sola palabra puede eliminarse sin dejar caer el castillo de naipes.

Es interesante también conocer la biografía de Felisberto Hernández, casado sin saberlo con una espía de la KGB que alcanzaría más fama y honores que su inocente esposo. Una vida digna de ser novelada.

Una lectura conveniente y provechosa, alejada de mi interés en el fondo pero no en la forma. Recomendable para amantes de la exquisitez y la delicadeza.

"un escritor que no se parece a nadie: a ninguno de los europeos y a ninguno de los latinoamericanos, es un francotirador que desafía toda clasificación y todo marco, pero se presenta como inconfundible al abrir sus páginas"
Italo Calvino


(Gracias Joaquín por recomendármelo)