31 de diciembre de 2009

Fin de año

Según mandan los cánones, en estas fechas toca hacer balance del año pasado y llenar el saco de los buenos deseos y propósitos para el que viene.

Este ha sido un buen año. Nos ha cambiado la vida para mucho mejor, así que no hay quejas. Por otro lado, quedan muchos "to do" para el año que entra; aunque esto tampoco tiene por qué ser negativo necesariamente, ¿verdad?

Por fin publiqué mi libro, he vuelto a cambiar de situación laboral pero no de trabajo y he superado la barrera de tiempo límite que he permanecido en el mismo sitio y encima estoy bastante bien allí (raro, debo de estar haciendome más vieja de lo que sería capaz de reconocer). He creado nuevos vínculos y roto otros. He dado pasos hacia delante, hacia atrás, hacia los lados.

Planes... muchos :)

Como el hielo de Punset derritiéndose en el vaso de su nieta: todo avanza y todo rueda y aquí seguimos...

Ni el pormenor simbólico
De remplazar un tres por dos
Ni esa metáfora baldía
Que convoca un lapso que muere y otro que surge
Ni el cumplimiento de un proceso astronómico
Aturden y socavan
La altiplanicie de esta noche
Y nos obligan a esperar
Las doce irreparables campanadas.
La causa verdadera
Es la sospecha general y borrosa
Del enigma del Tiempo;
Es el asombro ante el milagro
De que a despecho de infinitos azares,
De que a despecho de que somos
Las gotas del río de Heráclito,
Perdure algo en nosotros:
Inmóvil,
Algo que no encontró lo que buscaba.

Jorge Luis Borges