23 de abril de 2014

Eterno retorno y Tejo


Eterno retorno

Mientras la impía lluvia borraba la rayuela, se preparaba el sol tras las nubes para succionar el agua de los charcos. Ya se hacían a la idea las varias capas de cielo para el viaje en ascenso de los nuevos vapores. Incluso retenía el agua memoria de sus próximos cambios de estado. Repiqueteaba alegre por la futura condensación y la implacable caída que la llevaría, una vez más, a la casilla de salida.

Tejo

Mientras la impía lluvia borraba la rayuela, jugaba a simular lágrimas sobre las mejillas del huérfano. En la bañera rebosante, el goteo del grifo formaba ondas escarlata y la madre aceleraba su sueño. Vuelta tempestad, el agua sacudía con violencia el crucero mientras él le pedía matrimonio. Desbordaba el cauce del río que hundía la casa de su infancia. Lamía su frente en bendición y ella repetía un llanto indescifrable en la iglesia silenciosa. Fría y mezclada en jabón insistía en el chapoteo de la matrona borrando de su piel el recuerdo del paraíso. La misma agua la envolvía sumergiéndola en un remanso cálido. Y luego, nada.


Micros participantes en el concurso Relatos En Cadena que marcaba la frase de inicio

2 de abril de 2014

Alter ego


Luego cruzó el pasillo, bajó al sótano y mató al prisionero. Libre al fin de aquella carga, le apeteció un paseo despreocupado entre la gente. Una ducha y a la calle. Pero los inconvenientes se presentaron enseguida: es muy difícil afeitarse sin nadie al otro lado del espejo.

Micro participante en el concurso Relatos En Cadena que marcaba la frase de inicio