15 de marzo de 2011

Pequeñas resistencias 5. La revelación frente a la sorpresa.

"Pequeñas Resistencias 5" es una antología sobre el cuento actual publicada en 2010 por la editorial Páginas de Espuma bajo la dirección de Andrés Neuman. Me parece que tanto esta antología, como su complementaria en muchos aspectos "Siglo XXI. Los nuevos nombres del cuento español actual", son imprescindibles para cualquier aficionado al cuento.

De esta lectura por supuesto, surgen otras, gracias al descubrimiento de autores y estilos. Por lo pronto, gana posiciones Cristina Grande entre mis autores "to read". Y algunos no me han gustado nada, pero juzgar a un autor por un solo cuento me parece demasiado atrevido, así que me reservo mis sospechas.

Además de los cuentos escogidos que dan la visión de una producción heterogénea en torno al, controvertido a veces, género del cuento, el libro incluye un cuestionario final en el que los autores antologados responden a diversas cuestiones sobre literatura y sobre el género. En este cuestionario, muchos autores hacen hincapié en algo que ya venía detectando: en el rechazo que entre la crítica y los mismos autores hay hacia los cuentos con final sorpresivo, lo que se llaman normalmente cuentos "redondos". Como para mí este rechazo tiene matices, me apetece concretarlos. Intentaré hacer una clasificación:

1) Cuentos en los que al final llega una sorpresa disparatada que no se adelanta en ningún momento en el texto anterior. Por ejemplo, cualquier deus ex machina o un "al final todo era un sueño y despertó".
2) Cuentos en los que al final se da un dato que completa a otros previos y que han venido adelantándose con lo que la historia se cierra la intriga.
3) Cuentos en los que al final se revela algo tan esencial que hace que se resuma todo el cuento obligando al lector a revivirlo pero desde un nuevo punto de vista.
4) Cuentos sin revelación alguna, que no son redondos, sino lineales. Digamos fotografían una mínima porción del discurrir de una historia insinuando al lector el resto.

Parece que la tendencia actual es a perseguir los finales tipo 4. En esta búsqueda detecto la misma picaresca que ya existió y existe en la pintura abstracta y la pintura pop: creo que, en ocasiones, se hace pasar por cuento lo que no es más que un texto más o menos bien escrito (del mismo modo en que a veces se hace pasar por arte cosas que no lo son, y evidentemente, esta es mi opinión, cómo no). La historia debe estar ahí, por muy mínimamente que se haya apuntado, para que podamos hablar de cuento. Como lectora, discrimino mucho entre lo que leo dentro de este grupo y lo que me gusta, me encanta y lo que no, lo detesto. Es decir, que encuentro grandes contrastes entre las obras que en principio se adscriben a este tipo de final. Como escritora, por otro lado, me parecen muy difíciles de conseguir.

Es evidente que por su grosería, los cuentos del grupo 1 son descartables y no creo que haya que explicarse más. Los del grupo 2, dentro de que puedan ser correctos, no me entusiasman como lectora (y sé que yo los escribo muchas veces).

Los del grupo 3 son los que me resultan más interesantes y los que satisfacen en mayor medida mis expectativas. Aquí no hablamos de sorpresa sino de revelación. No hay susto, pero sí la sensación del descubrimiento. Este es el tipo de cuento que aspiro a escribir. Creo que los del grupo 4, cuando son de calidad, no son más que una variante de este grupo 3, sólo que la revelación exige al lector algún esfuezo adicional.

Sobre esto de los finales, empecé a leer hace un tiempo una recopilación de todos los cuentos de Cristina Peri Rossi y si bien al principio me pareció que era fantástica, empecé a cansarme poco a poco de la sorpresa constante (digamos de tipo 2.5) que esperaba al final de cada cuento. Sé que le daré una segunda oportunidad a ese libro pero de momento acabé por cansarme de tantos sobresaltos.

Y sin embargo, hay un cuento de Cristina Fernández Cubas, que tengo como referencia porque me encanta, titulado "El mundo" que, sin parecerlo, pertenece al grupo 3. La revelación no está en una frase o en unas pocas palabras, no te pega un grito al voltear un renglón sino que la revelación está en cómo se desarrolla el cuento y cómo las acciones de los personajes hacen que comprendamos más profundamente su humanidad, su naturaleza contradictoria, su evolución y porqués.

Satisfecha mi necesidad de concretar todo esto que me ronda la cabeza, me quedo con la búsqueda de la revelación frente a la sorpresa pero también con la exploración de los territorios más vanguardistas, siempre tan interesantes...