22 de diciembre de 2010

¡Felices fiestas!



Pues eso, que ojalá paséis unas felices fiestas bien acompañados, queriendo y siendo queridos. Disfrutad mucho y sed felices.

2 de diciembre de 2010

Primer premio en el V Concurso de relatos hiperbreves Movistar


Pues sí, pues sí, soy la "primen". ¡Estoy muuuuuyyyyy contenta!

El concurso lo organizan Telefónica, la Fundación del Español Urgente (Fundéu BBVA) y la editorial Bubok. El jurado estaba presidido por José Ángel Mañas y compuesto por Juan Aparicio Belmonte, Ignacio Fernández, y Norma Dragoevich.

Se han presentado como ochocientos relatos de los que, en un caso de enajenación mental sin precedentes, el jurado ha decidido elegir el mío como ganador:

"Dejé de ser niño el día que el canario escapó de la jaula y se quedó junto a ella buscando la entrada."

El martes estuvimos en Madrid en el acto de entrega de premios. Pasé muchos nervios pero la charla de después hizo que mereciera la pena el mal rato y el frío en Madrid. Fue estupendo charlar con Joaquín, Silvia, Norma, ...

Y la competición estaba reñida. Las finalistas fueron:

Rosana Alonso Fernández-García con: "Vigilancia. Esa noche el astrónomo tuvo la sensación de estar siendo observado" y "Revelación. Ayer, cenando sopa de letras, descubrí el secreto del universo. Me apresuré a devorarlo antes de que mi madre trajera el segundo."

María del Carmen Guzmán Ortega con: "Noé desde su arca se preguntó quién sería el remitente cuando la paloma trajo una carta en el pico."

Y Marina Hernández García con: "Acabamos de llegar a Marte. El paisaje es precioso, con arena roja como la de las playas de Menorca. Tenéis comida en la nevera. Portaos bien. Besos"

Próximamente, se editará un libro electrónico con una selección de los relatos que han participado en el concurso que se podrá descargar de forma gratuita. Avisaré cumplidamente.

Y bueno, dije unas palabras en la entrega de premios. Tenía la intuición de que debía aclarar que esa frase no era fruto de una casualidad y parece que acerté ya que era una duda que había flotado en el aire. Publico el discursito en un post aparte para no hacer este más largo.

Gracias a todos los que me estáis felicitando y os alegráis conmigo por esto. Como ya he dicho, las buenas noticias lo son mucho más si tienes con quién compartirlas. Me estoy sintiendo muy querida y ese es un gran premio.

Discurso entrega de premios V Concurso Hiperbreves de Movistsar

Buenas tardes. Lo primero que querría hacer es, cómo no, dar las gracias al jurado por haber considerado mi hiperbreve merecedor de este premio. Es una gran satisfacción llegar al lector, que aquello que has escrito le alcance aunque sea reinterpretado, disfrazado o diluido. Pero son aún mayores la satisfacción y el orgullo cuando se consigue llegar a lectores expertos, como es el caso. Me siento desbordada, sorprendida, conservo, sin poder librarme de ella, la sensación de vértigo que se apropió de mí cuando me dijeron que se me concedía el primer premio. Y es que jamás pensé que pudiera ganar un premio literario. Los descreídos, aunque soñemos muchas cosas, nunca esperamos nada, lo que nos hace quedarnos atónitos cuando el destino nos sonríe un poco. Insisto en mi profundo agradecimiento.

No quería dejar pasar la oportunidad de hablar del microrrelato. No sólo he escrito un texto hiperbreve para participar en este concurso sino que me aficioné al género hace tiempo. En palabras de Ana María Matute: “no escribo para que me den premios, pero me dan premios porque escribo”. Mi amor por este género nace de la fascinación que me producen como las miniaturas detalladas y complejas que son. El ingenio, la maquinaria, la relojería de un microrrelato es de una belleza sobrecogedora. Con placer, me bombardeo a menudo con la lectura de buenos relatos hiperbreves y me enredo en intentar descomponer su estructura para comprenderla, aunque casi siempre acabe con la mesa llena de engranajes que ya no soy capaz de encajar de nuevo.

El microrrelato es, si se prefiere, como una pompa de jabón llena de humo: cuando la hacemos estallar el humo se expande llenando toda la habitación, lo respiramos y ya es parte de nosotros para siempre. También podemos dejarnos llevar por el entusiasmo y compararlo con una supernova. Pero lo que es seguro es que es un género que, como la poesía, exige al escritor disciplina y pericia, oficio además de sensibilidad para ver las caras ocultas del prisma que es la realidad. También la rebeldía del vanguardista del lenguaje que se mueve por sus ambigüedades y dobleces con la naturalidad de un niño que se divierte. Menudo reto, ¿no?

Ojalá algún día yo consiga emocionar a un lector tanto como me han emocionado Hipólito G. Navarro, Cristina Peri Rossi, Ángel Olgoso... Y no puedo hablar de relato, breve o no, sin nombrar a Borges y Cortázar, pero también a los nacionales Cristina Fernández Cubas y Medardo Fraile. De todos ellos -y tantos otros que no tengo tiempo ni memoria para nombrar- no sólo obtengo el provecho del placer de leer sus obras sino también el de poder aprender de grandes maestros.

Por otro lado, el encuentro del autor con un microrrelato nunca es fortuito. Es producto de una búsqueda. Y me alegra que Soledad Puértolas haya incluido en su discurso de ingreso en la RAE estas sabias palabras: “La indagación literaria parte de la incertidumbre y el riesgo, y no persigue conclusiones ni resoluciones”. Y es que en estas palabras describe, mejor de lo que yo lo hubiera hecho nunca, un convencimiento profundo que mantengo como ingeniero de profesión, ejecutora de los descubrimientos de la ciencia, dedicada a otros saberes a los que el arte no da acceso. Pero es un hecho, cualquier disciplina artística -más allá de la ciencia, las humanidades, las ciencias sociales...- es un medio de acceder a otro tipo de conocimiento, el de las incertidumbres, los equívocos, el de nuestras propias sombras. Siento recompensada con este premio esa inmersión en lo desconocido y no el mero encuentro fortuito con una buena frase. Esto quiero pensar.

Si me permitís que me remonte, mi primer cuento lo escribí con siete años, era una historia sobre una gata que en un cementerio de automóviles encontraba un lazo azul. Desde entonces he devorado incansable cientos de libros, he recorrido sus líneas intentando desentrañar el misterio de este juego. He iniciado la escalada que lleva a los “hombros de gigantes” de la que en ciencia hablaba Newton pero que también existe en literatura. Este es un recorrido que solapa nuestros pasos a las pisadas de los maestros que ya hicieron camino y que aspira al sencillo mérito de dar un liviano pasito un poco más allá. En esta escalada, debo de andar yo a la altura de los tobillos de esos gigantes, remontando apenas los talones. Pero es suficiente esta altura para que lo que ya veo me motive.

Y para seguir escalando, además de escribir hay que seguir leyendo. Lo sigo haciendo con la misma pasión, con el mismo entusiasmo con el que abría los libros de mi infancia. Intento conservar al escribir la misma inocencia que me llevaba a hacer cuentos con gatos y pájaros, me parapeto ahora en técnicas, aprendo, me aúpo. Si el resultado no es perfecto siempre quedará la recompensa del placer y la curiosidad de ver hasta dónde puedo llegar en la próxima línea.

Yo, como todos hacemos alguna vez, también vi al pájaro escapar y quedarse junto a su celda, pero no dejé que se llevara mi infancia. Aquello sólo me sirvió para hacerme el propósito de no quedarme junto a la jaula si la providencia tenía un día a bien abrir la puerta.

Muchas gracias.

9 de noviembre de 2010

Participación en "Microrrelatos Electrónicos FNAC"


Sí, ya sé que abuso. Pero bueno, yo lo pongo y si alguien se aburre, que me vote. Este concurso tiene una modalidad mixta: por un lado se darán premios por parte de un jurado y por otro, los cinco microrrelatos más votados también tendrán premio. Como siempre, el microrrelato no va a pasar a la historia de la literatura, pero ahí está. La entradilla que proponían en el concurso, por otro lado, no me resultaba demasiado sugerente.

Bueno, lo dicho, que si alguien se aburre que me eche un voto en Factoría FNAC en la sección de Microrrelatos Electrónicos FNAC, en el relato Llegada

(El concurso de TheLunes sigue en curso y en este momento estoy la primera. ¡Yuhuuuuuu! )

12 de octubre de 2010

Finalista concurso de relatos TheLunes


Pues eso, que he quedado finalista en este concurso de relatos. Ahora se abre un período de votación popular por lo que os quería pedir que, si os parece, si os apetece, si consideráis que merece la pena, me votéis. Sólo tenéis que registraros y echarme un votito. El premio es la publicación en papel en una revista que se distribuye gratuitamente en Madrid.

A los que les suene el relato, es una revisión de http://rositafraguel.blogspot.com/2006/10/sonrisa.html, un relato antediluviano que ya estaba publicado en el blog. El resultado final está algo forzado por las prisas con la fecha del concurso, pero creo que sin llegar a lo que debiera, ha mejorado bastante desde la primera versión.

Bueno, lo dicho: ¡¡¡¡VOTADMEEEEEEEEEE!!!

Actualización 13/10/2010: Para votar el relato hay que registrarse en la portada de la web. Te mandan un correo de confirmación del registro con un enlace que tienes que seguir. Después, buscas el relato y haces click sobre las estrellitas que están bajo el título (tantas estrellas como bueno os haya parecido el relato). Te indicará que has votado. Al día siguiente puedes volver a votar.
Vamos, superfácil :S

4 de septiembre de 2010

"Poemas Cuadros" y "Pinturas Poéticas"



Ayer se celebró la presentación de los libros "Poemas Cuadros" y "Pinturas Poéticas" en la Sociedad Argentina de Escritores. En ellos se incluyen pinturas de Ángel Leiva con poemas de distintos autores, la mayoría sevillanos. Parece que ha sido un éxito, cosa que hay agradecer al trabajo de todos los que lo han hecho posible y a la iniciativa y empuje de Esperanza Guerrero.

Se han incluido poemas de los siguientes autores : Ángel Leiva, Rafael de Cózar, Antonio J Sánchez, Francisco Lira, Carmen Ramos Pérez, María Ruíz Faro, Esperanza García Guerrero, Lautaro Ernesto Leiva, Pedro Luis Ibáñez Lérida, Daniel Fernández Rodriguez, Marta Prono, Rosa Yáñez Gómez, Bernardo Santos Ramos, Maria José Collado.

Es para mí un honor y una alegría rendir este pequeño homenaje a mi maestro y que se me haya incluido en la obra. Os dejo el poema en cuestión para el cuadro Mystic2 de Ángel Leiva.

Acodado en la ventana,
aturdido por el galope feroz de la linterna mágica,
trenza un hilo invisible de recuerdos
que se sobrepone al tránsito.

Es seguro que sus dedos laboriosos,
perdidos en la urdimbre
serían capaces de trazar cualquier camino.

En realidad, su estupor lo provoca la certeza
de que el único requisito
es un tiempo ilimitado
que a ningún hombre se concede.

1 de agosto de 2010

El menor espectáculo del mundo


Llevo debiendo esta reseña desde hace meses pero, como observaréis, últimamente este blog cría telarañas y es que mi vida me absorbe con (demasiada) intensidad.

Tuve la suerte de que Félix J. Palma me firmara el libro en la Feria del Libro de Sevilla. Dudo que el virtuosismo que alcanzo a veces en mi torpeza social lo iguale mucha gente: allí estaba yo agotada, recién llegada de un congreso en Granada, tímida e intimidada, haciendo todo aquello que uno nunca piensa que hará al encontrarse con alguien al quien no conoces pero a quien quieres causar buena impresión. Creo sospechar que se produce un choque de timideces que desemboca en el embarazoso descubrimiento de que ninguno sabe realmente qué hacer. Y es que los tímidos reconvertidos funcionamos perfectamente en cualquier situación salvo cuando nos encontramos delante de otro tímido reconvertido que, a la fuerza, conoce nuestro secreto.

Y cuento todo esto, aireando mis poco conocidos defectos (ejem), para introducir el tema central del libro. Hablan las reseñas y el propio autor de que el tema central es el amor y los malabarismos a los que nos obliga, pero creo adivinar que podría abstraerse aún más el hilo conductor de los nueve relatos del volumen. El mínimo factor común es ese estupor que nos produce la realidad a veces, la sensación de ridículo a la que nos sobreponemos ante ciertos retos surrealistas de nuestra vida, los ejercicios de destreza que nos vemos obligados a ejecutar con una maestría inventada sobre la marcha. Y dicen que dios aprieta pero no ahoga y sin embargo vamos mendigando balones de oxígeno por las esquinas. Es cierto que este extrañamiento del ser humano ante la realidad es representado sabiamente por el autor bajo el complejo prisma del amor en sus múltiples formas, pero será que de un tiempo a esta parte, me desquicio tan fácilmente en mi vida que me parece posible elevar el asombro a forma de vida. Y para que esta conmoción sea máxima nada mejor que elaborarla desde el género fantástico, desde la irrupción de lo extraordinario en nuestras sólo aparentemente vulgares existencias; género, además, dominado a la perfección por el autor.

Como siempre, despliega un lenguaje salpicado de metáforas, a veces tantas que cuesta digerirlas si se quieren saborear en profundidad. Un lenguaje preciso pero selvático a cuyo paso tuve que acostumbrarme recién salida como estaba de la desértica Catedral de Carver. Un hilván en una tela de apariencia infinita que gusta seguir con los dedos. Juegos con las palabras. Y lo mejor, esa ironía bajo el texto que te convierte en el feliz partenaire del lanzador de cuchillos.


De todos los relatos del libro me quedo, como ya lo han hecho otros, con "Margabarismos" en el que recuperar el amor de la esposa requiere la intervención de lo insólito. Y añado "Una palabra tuya" por compasión a su protagonista forzado a sufrir calamidades divertidas y espantosas a un tiempo.


Os lo recomiendo a todos, pero en particular a los que no hayáis leído nada de Félix J. Palma para que disfrutéis descubriéndolo. Los grandes logros de este autor son la empatía con el lector, la capacidad de conseguir que se divierta y el halago a su criterio; y es que la calidad y el juego no están reñidos por mucho que se empeñen algunos, conseguir su equilibrio sólo es cuestión de cierta infrecuente habilidad circense.

Venga va, caeré en la frase obligatoria en las reseñas de este libro... ¡Pasen y lean! ;)

31 de julio de 2010

Fuel fandango



Si te gusta, descárgate la maqueta de Fuel Fandango

Gracias a Felipe y Fernando por el descubrimiento y la referencia al disco respectivamente ;)

Ganadora I Concurso de Microrrelatos Tinta al Sol

Con algo de polémica alrededor del concurso, finalmente se hacen públicos los ganadores del I Concurso de Microrrelatos Tinta al Sol y yo estoy entre ellos.

Insisto en lo que le comenté a la organizadora: mi premio ha sido que ella, como lectora que es, haya elegido mi microrrelato (el único que envié) entre ciento veinticinco presentados; mi premio ha sido que os hayáis volcado votándome porque me tenéis aprecio, porque no os costaba nada o incluso porque os ha gustado un poco lo que he escrito. Gracias a todos por echarme una mano, si queréis os presto el libro del premio oficial ;)

23 de julio de 2010

Aún a vueltas con el estupor

en el estado intermedio de la mudanza

sorprendida
funámbula entre el fracaso y el triunfo
me d
          e
             s
                l
                   i
                      z
                         o
                            entre el miedo y la alegría
revuelvo los cajones, abro las ventanas, oreo los colchones
poniendo en orden la casa para la nueva estación
cansada
                y
                   tan joven de nuevo
meto el fracaso en bolsitas pequeñas
guardo apenas tres o cuatro sonrisas que me regalaron
                                                                               y un pájaro
ausente
de tanto llanto
                               salado mar
libre
al fin

                                      convaleciente

12 de julio de 2010

Finalista Concurso Relatos Tinta al Sol

Hoy os quiero pedir un favor, y es que he quedado finalista en el Concurso de Microrrelatos de Tinta al Sol y ahora se abre un período de votaciones en el que serán los lectores quienes decidan quienes son, finalmente, los cinco ganadores.

Así que me hago un poco de autopromoción para que, si os parece que lo merece, le echéis un voto a mi microrrelato. Está bajo mi pseudónimo Rosita Fraguel (fácil de identificar).

Gracias por adelantado :P





Actualización: podéis votar hasta el 30 de Julio a las 22:00h.

22 de mayo de 2010

Los suicidas

Él siempre estuvo menos seguro de aquel paso. Pero al final ella le convenció o el creyó estar convencido, lo que llevaba a lo mismo: allí estaban los dos. Algo nerviosos, claro. Pensando en cómo sería el después y en qué dirían todos. Ponderando si las circunstancias exigían que se dieran la mano y así cumplieran su dramático papel romántico. Ella sonreía y él sabía que ahora dudaba. Pero ya era decisión tomada y uno no puede andarse contradiciendo. Habían leído sobre otros amantes que habían dado el paso y ahora sentían su apoyo invisible. Fue ella la que finalmente tomó la iniciativa y le agarró fuerte la mano. Alargó la otra hacia el borde de aquel abismo mesa y firmó, con mal pulso, al pie de la hipoteca.

(Al fin literariamente desbloqueada... ¡fíuuu!)

15 de abril de 2010

A la conquista del superhombre objetivo

Siguiendo en la línea de mi post del otro día sobre nuestra profesión y ya que me apetece torturaros compartir mis hipótesis con vosotros, voy a escribir sobre otro talón de Aquiles de la TI. Este es más genérico y ampliable casi que a la vida misma.

Sigo analizando por qué se fían tan poco de nosotros nuestros clientes y por qué no llegamos a despegar como Ingeniería. De momento, no voy a hablar de los problemas derivados de la incapacidad. En realidad, esos problemas me interesan menos; al fin y al cabo hay mediocres en todas las profesiones y eso no puede ser en lo que fallamos. Precisamente, me preocupa lo contrario: me parece que de hecho la proporción de gente capaz en nuestra profesión es muy alta y sin embargo, algo no va bien cuando generamos tanta desconfianza y se nos valora tan poco.

El otro día hablaba de la falta de metodología, pero hoy quiero hablar sobre cómo se toman las decisiones a nivel táctico* en TI. De la estrategia** ni hablo, donde yo trabajo estas decisiones se basan en razones políticas totalmente insondables para mí y en la empresa privada deberían guiarse por criterios económicos, aunque dudo que sea siempre así.

Algunos ya sabéis como yo, grosso modo, de qué va la teoría de juegos. Para lo que quiero argumentar, baste saber que una conclusión global es que sería mucho más beneficioso para los jugadores colaborar. La solución sería más satisfactoria para todos y, sin embargo, cada jugador tiende a elegir la que cree que es la mejor opción para sí mismo, llegando a un resultado total peor (ver el dilema del prisionero, como un ejemplo muy gráfico). Cuando se forma un equipo de trabajo en TI, se marcan unos objetivos, estamos en un proyecto, todos juntos para alcanzar una meta determinada. Por tanto, las decisiones deberían ser tomadas en pro de conseguir este objetivo. Buscar la mejor solución global, ¿no? O sea, colaborar.

A la hora de tomar decisiones en un equipo, existirá una jerarquía que define una escala de autoridad. Sin embargo, las decisiones, tácticas siempre, a un cierto nivel, aún cuando haya quien tenga la última palabra, deberán presentarse a exposición y consenso. Cada uno presentará sus argumentos y se tratará de llegar a un acuerdo sobre cuál es la mejor solución.

Bien, a la hora de enfrentarse a un problema y buscar una solución, cada uno debería presentar argumentos meramente objetivos. Después, como si fuéramos robots, asignaríamos mentalmente pesos y elegiríamos la opción cuyos argumentos suman más peso (metodología). Por desgracia a los seres humanos se nos da muy mal ser objetivos. Y para colmo, nuestra subjetividad no será inocente: tenderemos a defender la solución que es mejor para mí bajo algún criterio, cuando todos deberían colaborar para alcanzar la mejor solución para el proyecto***.

Partamos de una situación en que la mejor decisión supone un coste adicional y un esfuerzo añadido para el equipo. Probablemente el jefe de proyecto se negará porque no querrá asumir más coste ni presionar más a su equipo. Estos son condicionantes lógicos, el jefe de proyecto sigue actuando dentro de la objetividad. Quizá no puede plantear esas razones abiertamente, pero son adecuadas y lógicas a su rol. No es este tipo de condicionante el que busco analizar.

Me interesan los condicionantes que hacen perder la objetividad y que son difíciles de entender por un tercero. Aquellos que hacen imposible comprender por qué alguien está defendiendo una postura que perjudicará el proyecto y que aparentemente no le reporta ningún beneficio personal. Voy a apuntar algunos.

Un condicionante que se entrelaza a menudo en las argumentaciones volviéndolas subjetivas, son las inseguridades del que argumenta. A menudo no estamos realmente dispuestos a escuchar y valorar las soluciones que aportan los demás, sino que el objetivo principal es que la opción elegida sea la nuestra. Así alcanzamos un extraño logro personal que confundimos con un logro profesional. No creo que haga falta ahondar más en esto: somos subjetivos a causa de nuestros problemas de autoestima, nuestros miedos a lo que piensan los otros, etc. Somos humanos y estas influencias de lo personal en lo profesional son difíciles de evitar. Pero sí deberíamos tratar de ser cada vez más conscientes de cuándo influyen estos condicionantes en nuestros razonamientos y tratar de evitarlos. No conducen al éxito del proyecto. Estaríamos apoyando la mejor decisión para nosotros bajo el criterio de la satisfacción personal a muy corto plazo. Nuestro éxito profesional debe medirse por el del proyecto y no por lo convincentes que seamos a la hora de justificar soluciones.

Otro condicionante en la toma de decisiones es lo que en jerga llaman FUD (Fear, Uncertainty and Doubt). Da igual de qué se hable, siempre habrá personas que tenderán a lanzar mensajes confusos sobre el particular indicando su inviabilidad, sus riesgos, su dificultad... pero sin concretar nunca nada. Este tipo de argumentos pueden ser usados, a falta de otros, para defender intereses objetivos; por ejemplo, el jefe de proyecto que no quiere que una tarea se haga porque se empequeñece el margen de beneficios que tiene que defender. Pero hay generadores de FUD que no son tan fácilmente justificables. Por supuesto, personas con incapacidad y poco conocimiento, tenderán a alarmarse injustificadamente cada vez que se propone una solución mínimamente compleja. Pero ya decía antes que no son estos los que me interesan. Me preocupa cuando personas capacitadas y que podrían argumentar objetivamente, optan por generar FUD. Habitualmente, son trabajadores que a lo largo de su vida laboral han perdido ilusión, que están cansados y quemados. Esto es muy negativo para el proyecto y para la TI, porque se está perdiendo un capital humano importante. En el ámbito que nos ocupa, además, son muy peligrosos ya que su prestigio profesional da peso a argumentos que son completamente subjetivos.

Y por último, algo que observo que también condiciona las argumentaciones. No es un secreto que me gusta usar el lenguaje, me gusta la literatura, intento expresarme con corrección y con la mayor economía de recursos posible. Y por tanto, no es difícil adivinar que me gustaría que se le diera más importancia a estas materias en los planes educativos. Esto no es ninguna tontería, hay un número tristemente grande de personas que no sabe expresarse correctamente. Esto es un problema social, no de TI. Pero es que a la hora de argumentar y consensuar una decisión en un diálogo, es imprescindible saber dosificar el tono, suavizar lo que pueda resultar controvertido, decir exáctamente lo que se quiere decir y no otra cosa. A menudo no prevalece la solución más viable sino la mejor defendida y a veces, la diferencia es una simple cuestión de forma y no de fondo. Si a esto se une el poco interés que tenemos en escucharnos unos a otros, la falta de entendimiento estará siempre estorbando en nuestro proyecto.

Además de estos que comento, seguro que a vosotros se os ocurren más condicionantes que hacen que perdamos la objetividad a la hora de argumentar y tomar decisiones. ¿Queréis compartir alguno?


* ** Táctica: Arte de disponer, mover y emplear la fuerza bélica para el combate. Estrategia: Arte de dirigir las operaciones militares. Es decir, las primeras, a diferencia de las segundas, son las decisiones en el campo de batalla, que deberán estar alineadas con las directrices marcadas por los superiores.
*** Actualmente, los científicos defienden que se debe prestar atención a la siempre poco valorada intuición a la hora de tomar decisiones. Os propongo que hagáis el ejercicio de contrastar si lo que os sugiere vuestra intuición y vuestra visión subjetiva es lo mismo o no. Seguramente haya sorpresas.

1 de abril de 2010

Mamá, quiero ser Ingeniero

Ingeniería es, básica y burdamente, una disciplina que trata, a base de ingenio, de resolver problemas del ser humano aplicando los descubrimientos científicos que haya en el momento. Y ser Ingeniero es tener la capacidad fundamental de resolver problemas aplicando cualquier conocimiento que tengas a tu alcance. No encuentro ningún texto que respalde lo que, además, creo que es condición imprescindible para que esta resolución de problemas tenga lugar: metodología. Si alguien encuentra literatura sobre este tema, por favor que me lo haga saber.

Un Ingeniero no resuelve un problema de cualquier forma sino lo que hace siguiendo unos pasos determinados. Y esa metodología acaba por arraigar tan profundamente en tu cabeza que todo, y digo todo, será abordado de la misma manera.

Mi padre no realizó estudios de Ingeniería. Fue y es autodidacta, pero resuelve problemas de Ingeniería Industrial y su cabeza funciona de la misma extraña manera que las cabezas de los Ingenieros que conozco. No es una cuestión de títulos, sino de deformación profesional, aptitudes y actitud.

La forma en que resuelve un problema un Ingeniero se basa en la abstracción, en ser capaz de moverse mentalmente alrededor del problema visualizándolo a distintos niveles, desde arriba a grandes rasgos, desde abajo a gran nivel de detalle. Pasar de un nivel a otro manteniendo el enfoque, agrupar y comprender, dividir y vencer.

Y toda esta reflexión sobre qué es ser Ingeniero viene al hilo de que me sigue chirriando que los que lo somos en el área TIC en etiqueta (de nuevo, titulados o no) no lo seamos ni remotamente en la práctica. Ya me aburre escuchar aquello de que la informática es una disciplina joven, a este paso nunca dejará de serlo. El sector TIC es ya horizontal a cualquier negocio, es el soporte para casi todos los fines, es clave en el éxito de una empresa. ¿Por qué siguen confiando tan poco en nosotros? Porque no hemos aprendido de nuestros compañeros de otras áreas (industriales, electrónicos, aeronáuticos...) lo que es ser disciplinados. Seguimos trabajando como artistas y divos, a base de ideas felices y golpes de suerte. Actuamos como bomberos que no paran de apagar fuegos y que por ello se sienten héroes y superiores al resto de los mortales. Entendámoslo: cada vez que apagamos un fuego, hemos fracasado; nosotros no tenemos que apagar fuegos sino evitar que se produzcan. Pero es que eso es aburrido, ¿verdad?

Y aquí estoy, la menos burocrática de los informáticos, defendiendo el ser metódicos, disciplinados, el adoptar claras estrategias top-down o bottom-up para abordar los problemas. El seguir una metodología que se conozca que funcione, de las muchas que se han documentado ya. Y oye, que muchas de ellas se heredan de nuestros compañeros ingenieros en otras áreas. Si es que la estrategia y la táctica es la misma, aunque sea otro el producto. No somos distintos. Nuestra disciplina científicamente puede que sea nueva, pero la Ingeniería como tal no lo es.

La Revolución Industrial se produjo gracias a que a alguien se le ocurrió la fantástica idea de hacer cadenas de montaje. Nadie confiaría en este método si no permitiera controlar los niveles de calidad. Esa es la medida del éxito de una metodología: sé qué calidad obtengo, puedo medir y dosificar. Sé qué tipo de producto quiero vender y lo obtengo. La Revolución de la Información la lograremos cuando sepamos controlar nuestros niveles de calidad. Cuando se sepa qué servicio TI quiero obtener y pueda medir y dosificar. Sé qué tipo de producto quiero vender y lo obtengo. Y aquel cuyo producto a su vez se basa en el mío, porque pocas veces un producto TI es el fin de una cadena de producción, podrá saber qué calidad obtiene, medir, dosificar, alcanzar sus objetivos de negocio.

Seguramente, sería más provechoso para todos que los genios que trabajan actualmente en la producción de servicios TI, que son muchísimos, lo hicieran en departamentos de I+D, en el mundo científico y no en Ingeniería. No creo que haya muchos responsables de Recursos Humanos que sean conscientes de cuánto daño hacen estas personas mal dirigidas, en los equipos de trabajo en que se integran. En Ingeniería no hay lugar para el individualismo, para el ego, para el héroe, para el futbolista carísimo que se desmarca de todos e ignora a sus compañeros para marcar un gol (¿Cuántos goles puede marcar uno solo durante una temporada? ¿Cuántos puede marcar un equipo? ¿Y si se lesiona? ¿Cuántos tienen que lesionarse para que no exista equipo?). En Ingeniería trabajan equipos de personas y personas que saben trabajar en equipo. La famosa sinergia de la que nos hablan los consultores encorbatados, no es más que conseguir trabajar en equipo y que la suma sea siempre mayor que la simple adición de las partes.

Envidio a nuestros compañeros de otras áreas. Quizá sea una cuadriculada mental y por supuesto, yo no soy un genio, pero así es como veo este asunto, ¿y tú?

6 de febrero de 2010

La marca de Creta

Fantástico libro de relatos de Óscar Esquivias en el que da buena muestra de su habilidad como narrador y de su ojo sensible. Cada relato es una pequeña joya que se devana con maestría y buen hacer.

Una muestra de la ley que enuncia que lo importante no es el qué sino el cómo. Y es que el áspid y la abeja usan el mismo material para el veneno y la miel y es su labor lo que los distingue.

Explora variadas temáticas: la huida de la opresión familiar, la perturbación de la realidad por lo inesperado, la desquiciada normalidad de lo cotidiano. Mantiene al lector en una placentera sorpresa, en el deleite que produce un trabajo bien hecho.

Una maravilla, léelo.

31 de enero de 2010

Lectura de Ángel Leiva




Para los sevillanos, lectura de Angel Leiva en la Biblioteca Pública Infanta Elena, este próximo martes día 2 a las 20:00h.

30 de enero de 2010

Todavía

Escribir aquí es un acto solitario, el lanzamiento de un mensaje embotellado lo más lejos posible en el mar. El culto a la encogida esperanza de encontrar quien aborde esta soledad hecha isla. El saboreo salvaje del dolor. Como la llaga en la encía que analizas una y otra vez con la punta de lengua, sin poder ignorar el escozor, sin dejar de disfrutarlo un poco. Es el gesto extrañado de un escéptico que ya nada cree pero que aún late y sueña, inevitablemente, con aquello que no se atrevería a reconocer.

Y la espera que nada aguarda sólo ve la subida y bajada infinita de las mareas. El sinsentido de la cuenta atrás implacable. El sol que envejece. La pupila aterida en una ola de calor.

Y si llega a vislumbrarse el espejismo de una nave fantasmal que recorta brevemente el horizonte, no puede el solitario más que arrebujarse en los fragmentos de su esperanza, plantarse orgulloso dentro de su coraza de incredulidad, cincelarse un rostro impertérrito que no demuestre inquietud alguna. Amarrarse los pies para no correr mar adentro con los brazos abiertos rogando piedad.

Sin notar que quizá
el rescoldo de la hoguera está
transmitiendo
a escondidas
tímidas
señales
de humo.

El manuscrito de piedra



"El manuscrito de piedra" de Luis García Jambrina, está a medio camino entre la novela negra, la histórica y la más pura narrativa de aventuras. Se situa en el siglo XV y corre el no pequeño riesgo de tomar como personaje principal a un joven Fernando de Rojas.

El autor se arma de erudición y se adentra en el terreno de la novela lúdica, pero sólo consigue profundizar plenamente en el ritmo que esta requiere y enganchar al lector a partir de la segunda mitad. Es entonces cuando las licencias creativas se anteponen al rigor histórico y tomando la leyenda de la cueva de Toledo elabora escenas ricas en sugestión y situaciones que mantienen la tensión y el interés.

Mezclando hechos y personajes históricos consigue crear una trama elaborada y cuidada que es llegando al final cuando más notable se descubre.

Es una novela para leer, para regalar y sobre todo, para divertir.

Las visiones de Lucrecia


Las visiones de Lucrecia, es una novela de 1996 de José María Merino.

En el Madrid del siglo XVI, una joven de origen humilde se verá rodeada de todo tipo de personajes pintorescos y atravesará no pocas vicisitudes, a razón del don que le ha sido dado: el de tener sueños acaso proféticos.

Podría categorizarse dentro de la novela histórica. Destaca su excelente contextualización y la abundancia de datos rigurosamente intercalados. Y si bien la primera mitad puede pecar de ahondar más en el documental que en la historia, la segunda mitad es sencillamente genial (así se anota en la contraportada por cierto, «El último tercio de esta novela, en el que se describe la kafkiana circunstancia de las mazmorras, pertenece ya al virtual libro antológico con lo mejor de la narrativa de fin de siglo»). Los personajes se construyen desde el histrionismo y la caricatura y las situaciones se dibujan desde un acusado surrealismo que engaña al lector y le sumerge en una realidad paralela que asume como más que posible.

Recomendada, cómo no.

Frente a frente

10 de enero de 2010

Jerjes conquista el mar


A través de la antología Perturbaciones (de la que no he comentado nada por aquí pero no porque no lo mereciera), me ha picado la curiosiodad sobre un buen grupo de autores actualísimos que no conocía. Entre ellos Óscar Esquivias, del que SS.MM. los Reyes Magos de Oriente han tenido a bien regalarme su primera novela.

Empecemos por situarnos: cuando Óscar Esquivias escribió esta novela tenía treinta años, es decir, que ya voy tarde. La edición de 2009 tiene correcciones de estilo que no sé en cuánto habrán pulido esta novela (y cuánto me permiten consolarme), pero el resultado final es exquisito. Confiesa el autor que "no quería que tuviera ninguna frase innecesaria, me gustaba imaginarla como un edificio de cristal que se desmoronaría si se le arrancaba una sola palabra". Aspiración a construir la Sainte Chapelle; no es poca cosa y es una meta muy bien elegida. Tras las correcciones el autor se siente más cerca de alcanzar ese objetivo. Y yo, conociendo sólo el resultado final, también creo que debe sentirse así de vencedor: es un castillo de naipes en el que se ejecuta la nunca más cierta sentencia "menos es más".

Un chico especial (quizá sólo infrecuente) en circunstancias cotidianas que se giran en un caleidoscopio que las convierte en extraordinarias. Madrid vestido de sencillez. Lo cotidiano sublimado por la alegría de vivir.

Una familia, un trabajo, travesuras, personajes que lanzan puentes desde sus respectivas soledades. Vida.

Una novela que se lee rápido pero que se digiere despacio. Una deliciosa lectura, que, como siempre por estos lares, os recomiendo encarecidamente.

Tais toi mon coeur