Es curioso

Es curioso que las personas más valiosas apenas parecen darse cuenta de su valía y acaban por ser los más humildes. Van caminando por entre nosotros y sólo algunos se dan cuenta de que están ahí, aquellos que saben mirar. Ves las cohortes de aduladores tras aquellos que gustan de ser adulados y en medio de todos ellos ves a las personas a las que de verdad merece la pena admirar y van simplemente sonriendo al mundo, tranquilos en su camino, preocupados por la opinión que ellos mismos tienen de sí (la única opinión que les importa).

Entre el minoritario grupo anterior hay algunos que además están siempre dispuestos a ayudar a quien tienen cerca, quienes no piensan tan siquiera antes de echar una mano a quien la necesita. Hay quienes ponen la otra mejilla tan sólo para no realizar el esfuerzo que les supone recordar que les dieron en la otra. Y es que están lejos de que alguien pueda hacerles daño porque ayudar, querer y ser querido es la mejor armadura contra cualquier mal.

Es curioso pero entre el minoritario grupo anterior hay quien sonríe cada día aun cuando no parezca haber razones y te contagia su sonrisa inevitablemente. Quien no piensa si la botella está medio llena o medio vacía, tan sólo que sigue vivo para beber de ella. Quien se alegra cada día cuando suena el despertador, pues van a tener la oportunidad de vivir un día más.

Y es aún más curioso que entre el ya muy reducido conjunto de personas anterior hay una que por alguna extraña conjunción de astros me quiere. Algo que me sigue pareciendo un milagro cada día, porque ¿cómo es posible que la persona a la que tú más quieres y admiras dé la casualidad de que te quiera a tí también?

Estoy MUY orgullosa de tí.