4 de julio de 2006

La ruta de las caravanas


Acabo de cerrar la última página de este libro que me ha tenido enganchada los últimos días. Es un libro con sus luces y sus sombras, sus aciertos y sus, en mi opinión, errores.

Comencemos por las sombras: uno de los primeros detalles que chocan del libro es el lenguaje excesivamente coloquial usado, con abuso de expresiones del habla común andaluz, queriendo con ello dotar quizá de cercanía al personaje pero consiguiendo un efecto chocante en muchos casos.

El autor elige por otra parte la arriesgada opción de situar como personaje principal a una mujer que habla en primera persona. Estas apuestas son siempre arriesgadas. He de aceptar que el autor se defiende con cierta soltura, pero el personaje no acaba de encajar. Artafi es una arqueóloga sevillana a la que le es encargado el trabajo de descifrar unos manuscritos andalusíes que se encuentran en Tombuctú; sin embargo, es apenas creíble que Artafi sea la elegida para este trabajo cuando durante todo el libro demuestra un desconocimiento absoluto de la cultura árabe, musulmana y de la historia de Al-Andalus. ¿Por qué pensaron en ella para el empleo? El recurso de su ignorancia es usado por el autor para salpicar el libro de pasajes didácticos sobre el tema, pero la excusa acaba por resultar inconsistente.

Por otra parte, la visión de Artafi de todo lo que acontece durante su viaje no da lugar a considerar que su formación en Historia o en Arqueología sea muy amplia, ya que se encuentra desprovista de cualquier deformación profesional. Esto deja a este personaje sin cierto encanto que la convertiría en una perfecta y atractiva Indiana Jones. Y esta ausencia de visión no se debe a falta de erudición por parte del autor, sino que viene más bien motivada por esa arriesgada primera persona tan difícil de ejecutar correctamente. A menudo Artafi parece más fascinada por el poder de atracción que ejerce sobre los hombres que por los interesantísimos lugares por los que pasa.

Asimismo, en el libro se rompe una lanza constante en favor de una mayor difusión de la cultura andalusí y de lo que significó realmente Al-Andalus en la historia de España. Se habla de un ocultismo oficial sobre esta parte de nuestra historia que yo no percibo y que encuentro más fácilmente justificable como una laguna educativa más de las muchas que existen en los currículos oficiales. Por otra parte, tampoco percibo como saludable la permanente disculpa que de su propia ignorancia hace Artafi a partir de este supuesto ocultismo oficial.

Los puntos fuertes del libro son la intrincada trama, bien construida y con una dosificación de la información muy cuidada y acertada. Una descripción amorosa y admirada de África, su multiculturalidad y su historia. Tan cercana a la historia de Andalucía que conmueve una conciencia de algún recuerdo almacenado en nuestra genética.

El libro es completamente adictivo, una buena novela de aventuras en este sentido, que lleva de una situación a otra al lector sin darle respiro.

Un libro para disfrutar de un viaje imaginado a exóticos paisajes de nuestra propia historia.

Una nueva lectura recomendada...


(Gracias a Baulito por prestármelo)

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Qué te apuestas a que esa Atari, que diga Artafi, tiene dos tetas como dos carretas que sobresalen por un escotazo dedicado al deleite de toda la afición. De lo contrario ya me contarás por qué le dan el trabajo a ella y no a otr@.
También puede ser porque su segundo apellido sea Dyson (el que no lo entienda que busque Dyson en google y lo verá clarito) o porque le guste ser becaria, quién sabe.

Ya fuera de coñas sexistas, resulta un poco raro que la hayan elegido a ella por sus pocos conocimientos. Es como si me llaman a mi para Operación Triunfo. Creo que el autor debería haber pensado otra forma de coger las riendas de la primera persona porque si empiezas con una incongruencia de este tipo a mí por lo menos me pasa que me echa mucho para atrás en la continuación de la lectura.

Besos a todos, pero a Maruja más.

maruja de pro dijo...

No entiendo como sacas tanto tiempo para leer.
En cuanto a la historia de Artafi, porque no plantearse que a nadie le apetecia ese trabajo, o simplemente, que pagaban una mierda.
Besicos, y a maxtonso plus.

Rosita Fraguel dijo...

Es que no tengo tele :P

Total, ¡que la tía esta lo que era es una explotá! Maxtonso es que se ha pasao tres pueblos con las deducciones, que ya le vale :)

Muchos besos veo yo por aquí, a ver si quedamos y nos los repartimos en persona que falta hace :)