Encontraron al gurú saciado de vida,
lo había visto todo.
Conocía a los hombres,
sabía de sus instintos,
de su esencia.
Embotado por su sabiduría casi había perdido el habla
y sólo alcanzaba a repetir:
"¡Socorro!"
9 de abril de 2007
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario