7 de enero de 2008

Acodado en la ventana,
aturdido por el galope feroz de la linterna mágica,
trenza un hilo invisible de recuerdos
que se sobrepone al tránsito.

Es seguro que sus dedos laboriosos,
perdidos en la urdimbre
serían capaces de trazar cualquier camino.

En realidad, su estupor lo provoca la certeza
de que el único requisito
es un tiempo ilimitado
que a ningún hombre se concede.

5 comentarios:

ESPERANZA. G dijo...

DESPUES DE DELEITARME CON TU POEMA, QUIERO DESEARTE UN FELIZ AÑO

Esther dijo...

Que hermosa entrada , y que bonito y original blog, sino te importa te visitaré a menudo, prometido.
Saludos.

P.D: La imagen de la derecha, la que se ha cortado las alas me parece preciosa.

Rosita Fraguel dijo...

Muchas gracias Esperanza, feliz año para tí también... ya sabes: que tengas muchos deseos que perseguir.

Esther, encantada de conocerte, será un placer tenerte por aquí. Dejame que yo también visite tu luna particular.

La imagen de la derecha me persiguió mucho tiempo y no supe durante mucho tiempo cómo pintarla o dibujarla, cuando lo hice, después de años, conseguí exorcisar unos cuantos fantasmas, así que tiene mucho valor sentimental para mi. Me alegro de que te guste :)

Un beso a las dos

pupupidu dijo...

Una poesia muy bonita ... artista!

Anónimo dijo...

Bonita poesía.