1 de abril de 2010

Mamá, quiero ser Ingeniero

Ingeniería es, básica y burdamente, una disciplina que trata, a base de ingenio, de resolver problemas del ser humano aplicando los descubrimientos científicos que haya en el momento. Y ser Ingeniero es tener la capacidad fundamental de resolver problemas aplicando cualquier conocimiento que tengas a tu alcance. No encuentro ningún texto que respalde lo que, además, creo que es condición imprescindible para que esta resolución de problemas tenga lugar: metodología. Si alguien encuentra literatura sobre este tema, por favor que me lo haga saber.

Un Ingeniero no resuelve un problema de cualquier forma sino lo que hace siguiendo unos pasos determinados. Y esa metodología acaba por arraigar tan profundamente en tu cabeza que todo, y digo todo, será abordado de la misma manera.

Mi padre no realizó estudios de Ingeniería. Fue y es autodidacta, pero resuelve problemas de Ingeniería Industrial y su cabeza funciona de la misma extraña manera que las cabezas de los Ingenieros que conozco. No es una cuestión de títulos, sino de deformación profesional, aptitudes y actitud.

La forma en que resuelve un problema un Ingeniero se basa en la abstracción, en ser capaz de moverse mentalmente alrededor del problema visualizándolo a distintos niveles, desde arriba a grandes rasgos, desde abajo a gran nivel de detalle. Pasar de un nivel a otro manteniendo el enfoque, agrupar y comprender, dividir y vencer.

Y toda esta reflexión sobre qué es ser Ingeniero viene al hilo de que me sigue chirriando que los que lo somos en el área TIC en etiqueta (de nuevo, titulados o no) no lo seamos ni remotamente en la práctica. Ya me aburre escuchar aquello de que la informática es una disciplina joven, a este paso nunca dejará de serlo. El sector TIC es ya horizontal a cualquier negocio, es el soporte para casi todos los fines, es clave en el éxito de una empresa. ¿Por qué siguen confiando tan poco en nosotros? Porque no hemos aprendido de nuestros compañeros de otras áreas (industriales, electrónicos, aeronáuticos...) lo que es ser disciplinados. Seguimos trabajando como artistas y divos, a base de ideas felices y golpes de suerte. Actuamos como bomberos que no paran de apagar fuegos y que por ello se sienten héroes y superiores al resto de los mortales. Entendámoslo: cada vez que apagamos un fuego, hemos fracasado; nosotros no tenemos que apagar fuegos sino evitar que se produzcan. Pero es que eso es aburrido, ¿verdad?

Y aquí estoy, la menos burocrática de los informáticos, defendiendo el ser metódicos, disciplinados, el adoptar claras estrategias top-down o bottom-up para abordar los problemas. El seguir una metodología que se conozca que funcione, de las muchas que se han documentado ya. Y oye, que muchas de ellas se heredan de nuestros compañeros ingenieros en otras áreas. Si es que la estrategia y la táctica es la misma, aunque sea otro el producto. No somos distintos. Nuestra disciplina científicamente puede que sea nueva, pero la Ingeniería como tal no lo es.

La Revolución Industrial se produjo gracias a que a alguien se le ocurrió la fantástica idea de hacer cadenas de montaje. Nadie confiaría en este método si no permitiera controlar los niveles de calidad. Esa es la medida del éxito de una metodología: sé qué calidad obtengo, puedo medir y dosificar. Sé qué tipo de producto quiero vender y lo obtengo. La Revolución de la Información la lograremos cuando sepamos controlar nuestros niveles de calidad. Cuando se sepa qué servicio TI quiero obtener y pueda medir y dosificar. Sé qué tipo de producto quiero vender y lo obtengo. Y aquel cuyo producto a su vez se basa en el mío, porque pocas veces un producto TI es el fin de una cadena de producción, podrá saber qué calidad obtiene, medir, dosificar, alcanzar sus objetivos de negocio.

Seguramente, sería más provechoso para todos que los genios que trabajan actualmente en la producción de servicios TI, que son muchísimos, lo hicieran en departamentos de I+D, en el mundo científico y no en Ingeniería. No creo que haya muchos responsables de Recursos Humanos que sean conscientes de cuánto daño hacen estas personas mal dirigidas, en los equipos de trabajo en que se integran. En Ingeniería no hay lugar para el individualismo, para el ego, para el héroe, para el futbolista carísimo que se desmarca de todos e ignora a sus compañeros para marcar un gol (¿Cuántos goles puede marcar uno solo durante una temporada? ¿Cuántos puede marcar un equipo? ¿Y si se lesiona? ¿Cuántos tienen que lesionarse para que no exista equipo?). En Ingeniería trabajan equipos de personas y personas que saben trabajar en equipo. La famosa sinergia de la que nos hablan los consultores encorbatados, no es más que conseguir trabajar en equipo y que la suma sea siempre mayor que la simple adición de las partes.

Envidio a nuestros compañeros de otras áreas. Quizá sea una cuadriculada mental y por supuesto, yo no soy un genio, pero así es como veo este asunto, ¿y tú?

5 comentarios:

Javier (GoOse) dijo...

Pues que te voy a decir, Rosa, que tienes toda la razon del mundo, y que puedo dar fe de que hablas con conocimiento de causa :)

penyaskito dijo...

"Entendámoslo: cada vez que apagamos un fuego, hemos fracasado; nosotros no tenemos que apagar fuegos sino evitar que se produzcan. Pero es que eso es aburrido, ¿verdad?"

Esto mismo, con otras palabras, dice Steve McConell en Rapid Development:

http://www.stevemcconnell.com/rd.htm

El libro, que debería ser el primero que leyera cualquier aspirante a Ingeniero Informático (no me refiero al titulito, sino al significado que tú le das aquí) es de 1996.

En estos 14 años, unos no lo han leído por ineptitud. Otros, por ignoracia. Otros, por ser de Microsoft Press, y ya sabemos que esos son los malos y no tienen ni idea.

Pues el dichoso libro dice todo esto, y te apoya en como resolverlo. Y digo que debería ser imprescindible para cualquier ingeniero informático no sólo por lo que dice, sino por lo que enlaza. Cada capítulo es una "introducción" a un área (gestión de riesgos, gestión de equipos, programación, calidad...) con múltiples referencias a otra literatura para profundizar (creo que son más de 300 referencias repartidas por el libro).

Yo intento leerlo una vez al año. Y siempre aprendo algo.

Rosita Fraguel dijo...

Pues apuntado queda. Que yo también quiero aprender algo.

David dijo...

Rosita, me ha encantado la entrada. Refleja la triste realidad de nuestro entorno. Personalmente intento esforzarme en ser más "ingenieril" en mi trabajo pero, como sabéis, es difícil luchar contra el ambiente, las prisas y los fuegos ajenos.

Y a penyaskiyo, gracias por la
referencia. Acabo de pedirlo a Amazon y queda en la cola para cuando acabe con "Code Complete", del mismo autor.

Rosita Fraguel dijo...

Gracias por tu comentario, David.

La realidad es que siempre nos tocará apagar fuegos (propios y ajenos), lo importante es, una vez pasado el vendaval, repasar cómo se llegó a esa situación y qué se puede hacer para que no vuelva a ocurrir. Esto me lo enseñó un jefe mu flama que tuve una vez...