4 de mayo de 2013

Florencia, 1349



Al fin ha venido el médico a ver a Madre. Trae una máscara con unos agujeros tan pequeños que no se le ven los ojos y con un pico, como de ave, que le tapa la nariz y le distorsiona la voz cuando dice "¿dónde?". Tras ver a Madre, niega con la cabeza en un gesto que ni la máscara amortigua. Hermana y yo somos las últimas en la casa y cada vez hay menos vecinos. ¿Se va a quedar el mundo sin gente? Antes de cerrar los ojos, Madre me hace prometer que le cepillaré las alas al ángel. No sé qué quiere decir pero se lo prometo de todas formas.

El impresionante dibujo que ha inspirado este micro es del ilustrador Wichy Gómez que me lo ha cedido amablemente. Gracias Wichy.

4 comentarios:

Pedro Sánchez Negreira dijo...

¡Excelente, Rosita! Una pieza perturbadora, medida en cada detalle.

Un saludo,

rosa_desastre dijo...

Niña, este micro corta el aire. Oigo el batir de unas alas.
Besos.

Rosita Fraguel dijo...

Gracias Pedro y Rosa. Sois vosotros como lectores los que hacéis grande el texto. Abrazos y besos agradecidos.

wichygomez dijo...

Rosita!!! a mas lo leo mas me gusta, me encanta como se refuerzan mutuamente el micro y la ilustración.
Cada día te vas haciendo mas y mas grande.
Creo que ya va siendo hora de mezclar algo, no crees????