29 de junio de 2016

Malos pensamientos


Como si de una plaga venenosa se tratara: creciendo con la saña del miedo a la extinción, destruyendo a cualquier competidor, sin doblegarse ante los remedios.

Lo único que le aliviaba en algo era abrirles camino a cuchilladas en los cuerpos de otros esperando una mudanza voluntaria.

Y con aquello sobrevivió hasta que el juez dictaminó sustituir la terapia por otra a base de píldoras y correas. La sentencia era cruel por lo inútil: cordura perpetua.

Micro escrito para el concurso Relatos En Cadena que marcaba la frase de inicio.

2 comentarios:

Carmen dijo...

Magnífico; creo que no se puede decir más en tan poco. Me encanta!!!

Rosita Fraguel dijo...

Eso porque eres una lectora generosa :) :*