14 de diciembre de 2017

Páginas salmón


La amputación de alas se incluyó en la cobertura sanitaria pública en 2042. Sólo en el primer año los accidentes de tráfico aéreo disminuyeron en un 54,3% y la venta de drones remontó en cuatro puntos respecto al mismo trimestre del año anterior. En los siguientes seis meses cerró un 91,2% de los talleres de mantenimiento de alas y aunque la venta de nórdicos y colchones subió en el primer semestre del año, el sector también decayó a raíz de la comparación que un tertuliano hizo con la potencial venta de subproductos fabricados con los restos de cortar las uñas de los pies. La industria textil continuó reclamando el lucro cesado por la obsolescencia de las prendas ya fabricadas con perforaciones a la espalda hasta que consiguieron la compensación de parte de las pérdidas.

Inesperadamente, los mayores beneficiados por la medida fueron la industria del juego y el sexo, casi extintos por entonces. Revitalizaron los antiguos casinos y prostíbulos y reabrieron sus ciudades de neón recuperando las ventajas fiscales y los contactos con el sector político. Todo gracias a la demanda de una clientela que debía reajustar su autoimagen después de perder las alas.

2 comentarios:

Luisa Hurtado González dijo...

Me gusta por la muy bien llevada imaginación, controlado, medida, y desatada. Genial.

Rosita Fraguel dijo...

Mil gracias, Luisa, por tu generosa lectura y por comentar :) Besos