2 de diciembre de 2022

No existe la palabra funambulista


Vivir entre dos mundos
obliga al inconveniente
de arrastrar un pie helado entre la nieve mientras el otro arde en el asfalto
remolcar el cuerpo en la rutina mientras los pájaros anidan en tu cráneo
abrir el paraguas sin lluvia
llevar el salacot por si acaso
haberse salpicado la piel de heridas sin salir de la cama
y despertar siempre aferrada a una rosa


Apagamos fuegos que nunca prendieron
reinventamos simulacros de emergencias
porque la fantasía y el miedo se hermanan fácilmente


Y, con todo, ahí seguimos
poniendo un pie tras otro sobre el cable
tendido al sol a demasiada altura


Capaces somos los trashumantes
de atravesar irrealidades con un chasquido de dedos
sin importar ya los pulgares rotos porque todo se puede


Y así acumulo inoportunos logros:
como añorar lo que nunca ha sido
creerme
cuando me estoy mintiendo
querer y odiarte a un tiempo
despertar
sin saber de qué lado del espejo
abrazar la esperanza de que nada merece espera
morir
habiendo estado viva.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Muy bien explicado Rosa.
Lamento que te asalten intervenciones publicitarios.