4 de octubre de 2005

Ventilador


A veces grita cuando no quiere tenernos cerca. Esa es la única forma en que se comunica con nosotros. Otras veces llora, pero su llanto es para ella, un llanto solitario que crea un vacío a su alrededor, una tristeza que la envuelve y que no espera consuelo. Un llanto sincero, al fin y al cabo.

Llegó cuando ya nadie la esperaba. Tras veinte años de alimentar una esperanza vaga que ya nadie sabía que estaba ahí pero que seguía cobrando su renta de energías cada día. Llegó y transformó la esperanza vaga en una lejana alegría, extraña ya en nuestra casa. Nació con todos sus dedos, con sus dos ojitos entrecerrados, con su boquita pequeña, con su nariz perfecta. Entonces la alegría se hizo compañera.
Era tan buena, tan tranquila.

Pronto supe que no era como los demás. Adiviné de algún modo que al nacer vino al mundo su cuerpo, pero un jirón de su alma se quedó en el otro lado. Allí donde está lo que haya antes y después de esto nuestro. Estaba a medias entre dos mundos. Atrapada en una jaula llamada espacio y tiempo. En el lugar equivocado, un cuerpo deseando volver a recuperar su alma.

Entiendo que le gusten las repeticiones infinitas. Ahora a mí también me gustan. El universo debería ser así, ordenado, cada instante prefijado. El orden que este mundo le ofrece a mi pequeña está atrapado en un ventilador girando.

A veces grita y es que no quiere tenernos cerca. Invadimos su espacio y la ahogamos. A veces siento su alma rebotando de un lado a otro, repitiéndose.

A veces llora, pero su llanto es para ella. Creador de una soledad infinita que la envuelve. Ya pronto conoceré lo que hay antes y después de esto. Y quizá comprenda entonces qué hay al otro lado, mi niña, que te hace llorar así.


Publicado en la web de la Asociación de amigos del arte y la cultura de Valladolid

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Doy las gracias a ese desorden del universo por permitirme a mi también conocer a esa niña.(No importa si se esconde detras de las letras)

Rosita Fraguel dijo...

La niña te puedo asegurar que también está encantada de conocerte a ti.