Llegas a casa tras un duro día de trabajo:
te han asaeteado los costados,
llenado tus oídos de vanidades,
te pican los ojos
quizá porque no hay primavera este año.
Y al fin y al cabo sabes que no es nada de eso lo peor.
Lo que carga ese fardo insoportable que te encorva
es la vocecita maldita que se pasa el día reventándote,
ésa que te recuerda que hoy pensabas en otra cosa cuando besaste a tu marido al salir de casa,
que ayer no escuchabas cuando Manuela lloraba al otro lado de un frío teléfono,
ésa que te recrimina sin pudor que te estás saltando la dieta de nuevo...
Ésa.
Se te empiezan a acumular los tiempos perdidos
y no te quedan manos para tapar los agujeros.
Aletea un pájaro nocturno al otro lado de la ventana
y sueñas con que al llegar a casa fuera posible
-¡qué maravilla si lo fuera!-
bajar la cremallera de tu cuerpo,
sacar los pies despacio y luego el resto,
quedarte tú, desnuda, libre de tí
y evaporarte entonces
como una niebla fresca.
Que tu fueras la primavera inclinándose sobre el huerto
para susurrarle a las ortensias
que esta vez no llegaste tarde por culpa del trabajo,
que no olvidaste el aniversario,
y que tienes todo el tiempo del mundo ahora
para redimirte
y liberarte
o desvanecerte para siempre.
(26-5-2007/21:16->Introduzco unos pequeños cambios en las conjunciones de los versos finales, sugeridos por Ángel Leiva)
23 de mayo de 2007
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8 comentarios:
Que bonitoooo !!! Muchas veces uno se siente como tu tan bien describes ...
Pero que ARTE!!
Aun recuerdo aquel dia que leimos el soneto de Sabina de los puntos suspendidos, y como comentamos la envidia de saber que nunca escribiriamos dos versos siquiera que estuvieran a esa altura.
Ahora tengo clara una cosa. Que para ti esos versos estan cada dia mas cerca. Que solo es cuestion de tiempo, de constancia.
Gracias.
:')
Increíble. Me gustan mucho tus posts, pero este me ha dejado puffff. Es realmente precioso, que envidia poder escribir asi!! :)
Gracias :)
Muy potito si señol, la voz esa a tiros me la cargaba yo.
Oigo la voz de Rosa diciendo este poema con esa voz dulce y cadenciosa que sólo tienen los que llevan el oficio de poeta impreso en el corazón.
¿Y no ves a Rosa coloraita del tó? :$
Gracias, demasiado bonito lo que dices :$
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