Lo razonable es no quemar nunca las naves.
Lo razonable es guardar las distancias,
coger siempre el teléfono,
conservar los amigos tibios,
hacer dieta y deporte moderado.
Lo razonable parece ser también
alcanzar los propósitos -a toda costa-,
bailar la música que suene,
aspirar a baños de multitudes.
Juega aunque sea sucio.
Por poco razonable que parezca
decido seguir en este isla.
Veo los barcos ardiendo.
La tripulación
hecha de perdedores y fracasados
baila en torno al fuego.
Tienen los labios sonrientes y los ojos asustados.
Les miro
y rezo por que en su locura
jamás irrumpa lo razonable
y así
podamos permanecer a salvo
en esta isla desierta.
6 de mayo de 2007
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
2 comentarios:
Me gusta mucho este poema,cada vez que entro en el bloq lo leo ,(ojalá siempre encontremos una isla desierta )
Vaya, gracias Esperanza. Es un honor que releas este poema. Creo que sí, que siempre habrá una isla desierta para nosotros, los que estamos un poco locos :)
Publicar un comentario