Entre algunos aborígenes australianos existe la costumbre de celebrar los tránsitos vitales muy a la manera de nuestros cumpleaños. Sin embargo, mientras que nosotros celebramos el aniversario de nuestra fecha de nacimiento, ellos celebran su crecimiento personal, la superación de alguna etapa, celebran que han avanzado en su tránsito vital, de algún modo.
Creo que la suya es una bonita forma de marcar el tiempo. Fuera de una arbitraria división en cómputos de segundos de reloj, tiene una extraordinaria belleza dividir la vida en las fases, en los tiempos que invertimos en aprender una lección u otra, en los momentos en los que nos sentimos crecer o le encontramos sentido a nuestro pasado. Esos instantes de nuestra vida en los que todo parece converger en un punto y algo empieza limpio y nuevo, aunque no entendamos el cómo.
Mañana celebro un no-cumpleaños al estilo de los aborígenes australianos. El sentido de la celebración se parece al de una fiesta de fin de año: el cierre y la apertura de un tiempo. Sólo que este no lo marca el calendario gregoriano sino mi propia vida.
Quien no me conozca pensará que bromeo cuando digo que presentía el cambio desde hace meses y los más racionales pensarán que lo provoqué yo misma al estar dispuesta a que se produjera. Quién sabe.
Mañana me despido de la convivencia diaria con unas personas que han formado parte de mi día a día en los últimos dos años. Me alegro de que algunos desaparezcan, no puedo negarlo, los hubiera apartado de mí hace mucho si hubiera podido hacerlo. También he aprendido a convivir con quien no es de mi agrado, una lección imprescindible.
Pero al pensar en otros, y este sentimiento es mucho más fuerte que el anterior, se me parte el corazón porque sé que ya no les voy a dar los buenos días cada mañana y que no voy a estar al tanto de esas pequeñas intimidades cotidianas que compartimos y que de ningún modo se parecen a las que se intercambian entre amigos que se ven unas horas, de vez en cuando.
Sufro ahora mi segundo gran divorcio laboral. Esto de estrechar lazos afectivos en el trabajo es algo que me propongo no hacer y que en lo que siempre acabo cayendo. Será porque me cuesta no pensar que trabajo con personas, algo que se suele pasar por alto demasiadas veces. Me va a resultar muy duro separarme de un compañero que ya forma parte de mi familia. Mi hermano Rafa, el mejor administrador de sistemas Linux que conozco y aún mejor persona. De una humildad que me llega a indignar por injusta. Divertido como él solo. No pienso consentir perderte de vista.
Voy a añorar a JJ (que acabe su casa y me deje decorársela), Jose Carlos (que consiga tener el bonsai más viejo del mundo), Mamen (que se compre muchos trajes para bodas... y el de la suya), Adolfo (que algún día alguien reconozca de una vez lo que vale), Antonio V. (que termine la obra de su casa y nos invite a sardinas al espeto para celebrarlo), Antonio S. (que aprenda a ser malo con los proveedores)... (y mi Maxtonso, que también ha formado parte de estos dos añitos, que ojalá sea muy feliz en la vida que se está construyendo ahora).
Dios, cuánta buena gente. Espero que haya muchas cervezas para juntarnos en un bar con cualquier excusa. Y también espero no llorar mucho mañana.
De este tiempo me llevo muchas cosas: algunas buenas, algunas malas. Las últimas irán al cajón de la experiencia y no serán removidas sin motivo. Las buenas no las guardo, me las quedo a la mano para convivir con ellas todos los días.
He tenido el honor de haber trabajado a las órdenes del mejor Consultor de Sistemas de Andalucía (y diría que...). Quien le conoce sabe que no exagero. Un maestro inmejorable del que aprender. No creo que muchos puedan sentir la tranquilidad de tener a quien preguntar cuando algo no sale y saber que se va a obtener una respuesta. Él apostó por mí. Despositó su confianza en una desarrolladora que se metía de sysadmin con cuatro ideas de base y muchas ganas de aprender. Ahora, gracias a él, gracias a Rafa, me voy con la certeza de que no hay tarea en sistemas que no sea capaz de realizar con el tiempo necesario. Por mis manos han pasado Apaches, Squid, Iptables, Binds, Dhcps, Tomcats, Mysqls, Postgresqls... Sistemas de almacenamiento NAS, SAN, ... Balanceadores de carga, clusteres de servicio... Sistemas virtualizados en Qemu, en Xen... Toda una infraestructura completa que conozco como la palma de mi mano y a la que también voy a echar de menos.
Esto es absurdo, ¿verdad? Una infraestructura de sistemas no es más que la unión de un montón de máquinas en las que corren un puñado de servicios. No existe como entidad propia, no es nada. Pero la echaré de menos. Ha crecido bajo mis manos, conozco sus atajos, sus defectos, sus puntos débiles y fuertes. Soy capaz de encontrar un workaround a cualquier problema de forma casi inmediata. Es mía, de algún modo. Y ahora va a dejar de serlo. Cambiará, la tocarán otras manos, evolucionará y si algún día vuelvo a verla ya no no seré capaz de reconocerla.
Mañana antes de irme, entraré en el CPD a despedirme de algo que no es nada.
Me llevo en la maleta la satisfacción de haberme demostrado mucho. He hecho mi trabajo y el de otros, he echado todas las horas que ha hecho falta, he estudiado en casa, he movido cielo y tierra cada vez que había que resolver un problema y por una vez, me siento bien conmigo misma sin ninguna reserva. Ni siquiera en mi obsesión más perfeccionista soy capaz de hacerme dudar esta vez: he hecho todo lo que estaba en mi mano.
Si ese cien por cien mío ha sido suficiente que sean otros quienes lo juzguen.
He tenido ocasión de haber conocido y trabajado con grandes profesionales: Javier, Rafa, Juan Carlos, Jorge, Lucas, Rafael, David,... Gente de la que he aprendido mucho en lo técnico y, si cabe, más en lo humano. Curiosamente son los más humildes, los más amables, los más flexibles, los más dispuestos a escuchar antes de hablar. Son los mejores de entre nosotros.
Me marcho a un nuevo ecosistema. Con gente nueva, reglas nuevas. Voy a hacer tareas distintas, un trabajo que me supone un reto profesional y que me brinda la oportunidad de demostrarme nuevas capacidades. Me voy con el firme propósito de no estrechar lazos personales para no volver a pasar por todo esto, pero con la certeza de que, inevitablemente, volveré a hacer algún buen amigo.
Preparando mi no-cumpleaños me he dado cuenta de la enorme red social que he construido aquí. Han sido muchos los buenos y sinceros deseos que he recibido. Muchos más de los que, en mi desconfianza natural, esperaba.
Me voy sabiendo que inicio otra etapa que también tendrá su fin algún día. Porque sigo viva y porque todo lo vivo evoluciona, cambia, dejar pasar el tiempo a su través y celebra muchos no-cumpleaños...
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13 comentarios:
Rosita, casi me has hecho llorar... Leyendo la parte de la despedida de tus amigos cotidianos parecía que era yo la que iba a dejarlos! Te deseo mucha suerte en tu nuevo trabajo. Y un buen no-cumpleaños mañana!
Beso.
PD: óbviamente no he entendido nada de la parte más técnica del post! :)
¡Tonta!, casi se me sale la lagrimita. Estas cosas no se hacen..., que ya llevo un tiempo haciéndome el fuerte para que no se note cuando te vayas.
Solo puedo decir que han sido dos años Rosa maravillosos y que me va a costar el trabajo cuando ya no tenga ese color, eso sí siempre nos quedará el bar y mi sofá. ^_^
Un besito Rosa y aunque te de penita recuerda que ahora vas a un sitio que te va como anillo al dedo y a mi no me vas a perder sólo me verás un poco menos, ¿y lo que vas a aprender?
The Road goes ever on and on
Down from the door where it began.
Now far ahead the Road has gone,
And I must follow, if I can,
Pursuing it with weary feet,
Until it joins some larger way,
Where many paths and errands meet.
And whither then? I cannot say.
Que te vaya bien! ;)
Enhorabuena por las decisiones, por el aprendizaje, por tu buen hacer. Por los amigos que dejas pero que no te dejarán. Por los errores, si alguna vez los tuviste, porque no te quepa duda de que de ellos también se aprende. Y sobre todo, por el calor de tus manos sobre esos mecanismos que ahora serán de verdad máquinas sin corazón. Ellos seguro que van a echar de menos los latidos del tuyo.
Buena andadura y mucha suerte en tu nuevo futuro profesional. ¡Fenómeno, que eres un fenómeno!
Te deseo mucha suerte en tu nueva etapa,espero que en ella ,vuelvas a encontrar compañeros como estos que acabas de dejar atras, (es un decir ).Porque ellos ,aunque no los veas a diario ,ya forman parte de tu vida
Hola Rosita:
La verdad es que lo has dicho todo. Solo puedo decir que aunque no estés aquí todos los días en persona, tenemos una cosita dentro de nosotros que inevitablemente nos hace recordarte. Un beso muy fuerte y mucho ánimo que como ya te han dicho, vas a estar en un puesto más acorde a tus conocimientos y a tu potencial.
Un beso muy fuerte.
Casi llorando cuesta cantar, pero...
¡Feliz feliz no-cumpleaños!
¿A mí?
¡A tú!
Y que sea a mejor.
¡¡¡ Ay !!! Rosa cuanto amor en tan pocas líneas. Cerca estamos los unos de los otros si cerca queremos estar. No olvides que tu autosubalterno está a 210 kms esperando una directriz maestra, un comentario oportuno, un por ahí le vamos a dar a PR. Feliz no-cumpleaños y a seguir triunfando en el escenario.
Qué decir ante una pérdida tan dolorosa. Para todos los que la van a sufrir, deciros desde la experiencia (yo tuve que dejarlos hace un tiempo) que no la vais a olvidar ni ella se va a olvidar de vosotros. Es más, a partir de ahora vuestra relación será distinta pero igual de buena porque la materia prima no se pierde.
Muchos besos guapa y que sepas que no he encontrado otra/otro compañero con el que haya tenido la misma conexión mental. Ni antes ni creo que más adelante la vaya a encontrar.
Y al nene 3 hurras por tener el derecho a roce.
A todos mil gracias por el apoyo. Gracias por haber estado conmigo estos primeros días en mi nuevo curro. La adaptación no es fácil.
Os echo muchísimo de menos, pero mucho mucho... Estoy deseando que llegue la comida de navidad para vernos de nuevo ;P
Un besazo a todos y como decís alguno seguiremos juntos aunque de otra forma.
Gracias de verdad por ser como sois.
Despedirse es morir un poco, que decía algún poeta.
Aunque suene a comentario del abuelo cebolleta, yo he pasado por esa tesitura varias veces y nunca encuentra uno gente como la que se deja... sencillamente encuentra otra gente... como decía Becquer de sus golondrinas. Eso si, en todos sitios me costó retener esa lágrima traicionera que asoma para decir a los demás "os echaré de menos", pero que uno quiere retener por no provocar una avalancha de cataratas lacrimógenas.
Y sin embargo la vida es eso, el devenir del tiempo y nuestro rodar por los distintos lugares alcanzando cotas más altas de nuestra personalidad, porque en todos sitios uno aprende a vivir y a ser uno mismo.
Conozcote no mucho, y sin embargo ya se que todos te echarán mucho de menos... porque con ese poco ya uno atisba la grandísima persona que hay en tí.
Aunque este comentario llegue tarde, te deseo mucha suerte en tu actual andadura...
no-Cumpleaños si-feliz.
Un comentario como el tuyo nunca llega tarde fewibef. Les sigo echando mucho de menos, ellos sí que son grandes personas. Pero tienes razón, me voy encontrando con otros... y la vida es un ir constante... seguimos moviéndonos ergo seguimos vivos.
Felices fiestas fewibef y un besazo enorme.
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