9 de enero de 2011

Porta Coeli. La orden de Sta. Ceclina


Sigamos reseñando.

"Porta Coeli" de Susana Vallejo ha sido otro regalo más de mis sabios reyes. Tenía miedo de que me decepcionara tanto como lo hizo en su tiempo "Memorias de Idhún" (no enlazo aquella reseña porque no me reconozco a mí misma en ella...) pero afortunadamente estamos hablando de ligas distintas.

"Porta Coeli" es una tetralogía cuya primera entrega es "La orden de Santa Ceclina". En él se narra la historia fantástica de la Orden de Santa Ceclina, cuyo monasterio atesora un libro prohibido, el Porta Coeli, que permitirá a los protagonistas hallar explicación a las apariciones de seres fantásticos que han empezado a aumentar...

Entre sus aciertos, se encuentra un ritmo habilmente sostenido, una prosa correcta, clara, sencilla, sobre la que se pasea el lector cómodamente y va dejándose llevar de la mano de la historia. En ningún momento decae el interés gracias a que la información se dosifica prudentemente y las escenas se suceden con rapidez. La trama es impecable, el final se extrae de ella sin artimañas o engaños y el lector se sorprende sin asustarse. Un libro redondo y muy divertido.

Otro valor añadido es que la historia transcurre en tierras españolas, que el contexto es agradablemente familiar. Un riesgo, asumido con valentía por la autora, el de alejar al lector de sus prejuicios, llevado a cabo con maestría y sin complejos. Una baza más para este libro.

Sin ser un desacierto general, su principal debilidad está en la construcción de los personajes. El narrador omnisciente que da el tono correcto a este relato de aventuras y viajes, se vuelve en ocasiones demasiado introspectivo y deja ver sentimientos y pensamientos poco verosímiles en algunos personajes. Por ejemplo y principalmente, Bernardo, uno de los protagonistas, resulta poco creíble en sus emociones y acaba por pasar de petulante a cursi sin estadios intermedios. La relación que mantiene con Yebra, otra protagonista, discurre de forma poco creíble, excesivamente ingenua y estereotipada. En los momentos en que se describen las interacciones entre estos dos personajes, uno recuerda estar leyendo un libro juvenil, cosa que no ocurre necesariamente en el resto del libro.

Los aciertos superan a las debilidades en todo caso, resultando un relato más que digno y sobre todo, muy divertido. Una lectura recomendable para niños grandes y para jóvenes con imaginación. Algún día me haré con las tres siguientes entregas a la espera de pasar otros tantos buenos ratos.

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