2 de marzo de 2006

Cinco minutos

Intento atraparte con un amor
inevitable como un buen cepo
de mordida valerosa y de aliento
capaz de encarcelarte en su calor.

Recorrería tu laberinto con valor
si no supiera que jamás me pierdo
entre tus horizontes y tus vientos
a los que no pertenece mi diapasón.

Me gustaría tanto poseerte
que es mi deseo una tortura
que me acaba mostrando la muerte
como la unica respuesta segura
a mi deseo de tenerte,
inspiración, como una esclava de mi locura.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Como diría Cálico: "Pero que bonito..."

Perfecto Cuadrante dijo...

En menudo marrón te he metido, anda pásate por mi blog

Rosita Fraguel dijo...

Recojo el guante señorita :)