17 de febrero de 2006
Las tres miradas del cíclope
Las tres miradas del cíclope se dirigen como en el cuento de Dickens hacia el pasado, hacia el presente y hacia el futuro. El pasado es una batalla en la que el enemigo es la abulia violeta que consigue vencer como Medusa a aquellos que la miran a los ojos; con los recuerdos como tropas de asalto que te derrotan seduciéndote con su dulzura. Un espacio para el aprendizaje, para el descubrimiento del propio yo en su enfrentamiento al misterio insondable de lo ajeno en el otro: tan similar a uno mismo y tan distinto. Y durante este período de conquista de la propia identidad subyace siempre la fiereza del amor profundo a la vida, el deseo de devorarla como una fruta dulce que humedece los labios y perfuma el aire.
El presente se abre con un poema seguro de sí mismo, firme y entero que llega golpeando frentes y portones. Se desenrolla el tiempo inexistente entre el pasado y el futuro convirtiéndose en la expresión imposible del milagro de la vida.
El futuro es afrontado desde la fortaleza bien cimentada del propio yo redondo y completo que se acerca al amor. Al amor de mariposas amarillas en el estómago que no es negación de uno mismo sino sublimación del propio ser para poder devenir en una versión mejorada en la dualidad. El descubrimiento de la autenticidad dentro del otro, el refugio del alma en la raíz del horizonte de un ser ajeno; la completitud y la felicidad.
La poesía de Rosa García Perea es rotunda y blanca, viva y palpitante. Se escucha de fondo el diapasón armonioso de su ritmo perfecto. Se encuentra en sus versos la belleza profunda del corazón desbordado de una poeta vital y radiante. Está recomendada para los corazones hambrientos de sustancia y profunda observación de la realidad.
Os lo recomiendo vivamente, es un libro que merece la pena ser paladeado.
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