1 de noviembre de 2006
Cuentos, fábulas y lo demás es silencio
La editorial Alfaguara decidió en 1996 hacer una recopilación de la obra de Augusto Monterroso en este volumen. Se recogen en él los libros: "Obras completas (y otros cuentos)", "Movimiento perpetuo", "La palabra mágica", "La oveja negra y demás fábulas" y "Lo demás es silencio. (la vida y obra de Eduardo Torres)". Es ésta la mayor parte de la obra del escritor guatemalteco y apenas llega a las cuatrocientas páginas (recordemos que Juan Rulfo sólo necesitó una novela corta para alcanzar la gloria de los grandes) y es que a veces la genialidad no requiere grandes extensiones o producciones ingentes para manifestarse.
Habrá quien apunte que la brevedad es una de las características principales de la obra de Monterroso. Sin dejar de lado que es uno de sus rasgos ("Cuando despertó, el dinosaurio todavía estaba allí") no se puede olvidar su ácida crítica, su humor a menudo negro, su precisa visión de la realidad y del ser humano. Es una obra que por fuerza ocupa un lugar destacado en la historia de las letras por ser capaz de asumir dentro de su brevedad (!), la carga de toda una consciencia poética y vital que envuelve al lector y lo zarandea, lo convulsiona y lo devuelve a su vida común maltrecho y lúcido.
"Con frecuencia escucho elogiar la brevedad, yo mismo me siento feliz cuando oigo repetir que lo bueno, si breve, dos veces bueno.
Sin embargo en la sátira 1, Horacio se pregunta o hace como que le pregunta a Mecenas, por qué nadie está contento con su condición, y el mercader envidia al soldado y el soldado al mercader. Recuerdan ¿verdad?
Lo cierto es que el escritor de brevedades nada anhela más en el mundo que escribir interminablemente largos textos, largos textos en que la imaginación no tenga que trabajar, en que hechos, cosas, animales y hombres se crucen, se busquen o se huyan, vivan, convivan, se amen o derramen libremente su sangre sin sujeción al punto y coma, al punto.
A ese punto que en este instante me ha sido impuesto por algo más fuerte que yo, que respeto y que odio."
("La brevedad")
Es este un libro de cabecera al que volver una y mil veces es siempre un placer. Una lectura recomendada. Latigazos de consciencia vital y estética para todos los públicos.
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